KW - El Arco del Perdón

No podemos aprender verdaderamente de Jesús ni beneficiarnos de su curso a menos que ACEPTEMOS que es la mente la que aprende– lo que denominamos el tomador de decisiones, NO EL CUERPO. Si creemos que el cuerpo aprende, nuestras vidas girarán en torno a nuestras necesidades físicas y psicológicas, y nuestro aprendizaje se centrará en cómo satisfacer mejor nuestras necesidades. Sin embargo, como mentes, nuestro aprendizaje se centra en un «desaprendizaje», que es como Jesús caracteriza el verdadero aprendizaje (M-4.X.3:7).

La parte TOMADORA DE DECISIONES de la mente aprende a DESAPRENDER su elección equivocada a favor del ego. Se nos tiene que enseñar que, cuando elegimos al ego, se nos enseñó falsamente y, por lo tanto, aprendimos lecciones descabelladas que no nos hacen felices ni pacíficos. Estas lecciones no le ponen fin al sufrimiento ni nos conceden vida eterna. Por eso nuestro maestro Jesús quiere que cuestionemos por qué elegimos continuamente al ego, cuando es la única cosa que no sabe lo que se tiene que enseñar; de hecho, no sabe nada en absoluto y solo quiere el mal para nosotros. En un Curso de milagros, Jesús nos pide muchas veces – implícita y explícitamente – que orientemos nuestro día desde la PERSPECTIVA DEL PROPÓSITO. Nos pide que, cuando despertemos, pensemos en su propósito como en un aula de clases, y que luego lo reafirmemos por la noche cuando nos retiremos a dormir. 
Por ejemplo, en la lección 61 dice: Asegúrate de comenzar y finalizar el día con una sesión de práctica. De este modo, te despertarás reconociendo la verdad acerca de ti mismo, la reforzaras a lo largo del día y te iras a dormir reafirmando tu FUNCIÓN Y EL ÚNICO PROPÓSITO que tienes aquí. (L-pI.61.6:1-2) 


Kenneth Wapnick

Fragmento
Libro: El Arco del perdón