Lección 191

SOY EL SANTO HIJO DE DIOS MISMO. (Lección 191)
Es útil hacer una pausa ocasionalmente y reflexionar sobre el propósito del libro de ejercicios: aprender que tenemos una mente que gobierna lo que nuestros cuerpos piensan, hacen y dicen. Esta mente está dividida entre el ego y el Espíritu Santo, con el poder de elegir entre ellos. La capacidad de tomar decisiones para identificarse con cualquiera de los sistemas de pensamiento es el enfoque de Un Curso de Milagros, y mientras practicamos diariamente, es importante no olvidar que elegimos constantemente entre el ego y el Espíritu Santo como nuestro maestro. Este tema se puede ver en todo lo que leemos en estas lecciones. En la Lección 191, Jesús contrasta específicamente nuestra verdadera Identidad como Cristo - sostenida para nosotros en nuestras mentes correctas por el recuerdo del Espíritu Santo - con la identidad sustituta del ego. Por lo tanto, se nos da otro recordatorio claro para elegir si somos un santo Hijo de Dios, o un impío hijo del ego.
📘(1:1-2) He aquí la declaración de tu liberación de las cadenas del mundo. Y he aquí asimismo la liberación del mundo entero.
El mundo se libera cuando se libera la mente, porque son uno. Al elegir identificarnos con el ego, nos convertimos en su hijo, y aparentemente somos esclavizados por el mundo. Sin embargo, recordar que somos el Hijo de Dios - el principio de Expiación - nos libera de nuestra esclavitud actual a la mente. Recordemos esta declaración de nuestra independencia y liberación:
El Reino está perfectamente unido y perfectamente protegido, y el ego no prevalecerá contra él. Amén.
Esto ha sido escrito en forma de oración porque así puede serte más útil en momentos de tentación. Es una declaración de independencia….. Mi papel consiste en separar lo falso de lo verdadero, para que la verdad pueda traspasar las barreras que el ego ha erigido y así brillar en tu mente. El ego no puede imperar contra nuestra fuerza conjunta. (T-4.III.1:12-2:2,5-6)
En tu propia mente, aunque negada por el ego, se encuentra la declaración que te hará libre: Dios te ha dado todo. Este simple hecho significa que el ego no existe… (T-4.III.9:1-3)
🔹️(1:3) No te das cuenta de lo que has hecho al asignarle al mundo el papel de carcelero del Hijo de Dios.
Jesús se refiere a la dinámica de la proyección. Nosotros somos encarcelados por nosotros mismos - en el sistema de pensamiento del pecado, la culpa y el miedo - pero negando toda responsabilidad a través de la proyección, así creemos que es el mundo el que nos aprisiona. Por lo tanto, hemos olvidado el papel de la mente como soñador del sueño, creyendo que el sueño nos está soñando. Sin embargo, la verdad es que la mente es nuestro carcelero, el dictador de todo el cuerpo hace:
Puedes esclavizar a un cuerpo, pero las ideas son libres, y no pueden ser aprisionadas o limitadas en modo alguno, excepto por la mente que las concibió. Pues ésta permanece unida a su fuente, que se convierte en su carcelero o en su libertador, según el objetivo que acepte para sí misma. (T-19.I.16:4-5)
🔹️(1:4) ¿Qué podría ser entonces sino un mundo depravado y temeroso, amedrantado por las sombras, vengativo y salvaje, desprovisto de razón, ciego y enajenado por el odio?
Esta es una descripción gráfica de la mente basada en el ego: odiosa, viciosa, irracional y temerosa del oscuro mundo de ilusiones del ego. Basados en ese sistema de pensamiento, nosotros intentamos castigar, pero al olvidar nuestro papel, reclamamos al mundo como el agente castigador. Así nuestro mundo percibido adquiere los atributos del sistema de pensamiento del ego de odio y de locura caótica:
Éste es un mundo demente y no debes subestimar la magnitud de su demencia. No hay ninguna área de tu percepción que no se haya visto afectada… (T-14.I.2:6-7)
El mundo que percibes es un mundo de separación….. El mundo que has fabricado es, por lo tanto, completamente caótico, y está regido por “leyes” arbitrarias que no tienen sentido ni significado alguno. Se compone de lo que tú no deseas, lo cual has proyectado desde tu mente porque tienes miedo de ello. Sin embargo, un mundo así sólo se puede encontrar en la mente de su hacedor, junto con su verdadera salvación. (T-12.III.9:1,6-8)
📘(2:1-2) ¿Qué has hecho para que éste sea tu mundo? ¿Qué has hecho para que sea eso lo que ves?
Jesús responde estas preguntas en forma de una frase repetida, paralela a un uso recurrente del compositor de un tema o motivo. "Negar tu propia Identidad" es el motivo, haciéndose eco del instante original cuando negamos nuestra Identidad como Cristo, eligiendo en cambio identificarnos con el yo separado del ego. Aquí, entonces, está la respuesta de nuestro compositor:
🔹️(2:3-6) Niega tu identidad, y ése es el resultado. Contemplas el caos y proclamas que eso es lo que tú eres. No ves nada que no de testimonio de ello. No hay sonido que no te hable de la flaqueza que hay dentro y fuera de ti; ni aliento que respires que no parezca acercarte más a la muerte; ni esperanza que alientes que no haya de acabar en llanto.
Una vez que negamos Quienes somos, nos atascamos en el caos, habiendo negado el Orden Divino y haciendo que sea imposible conocerlo (T-1.I.37:4). Así hemos aceptado el trastorno del ego, que cuando se proyecta, es todo lo que vemos a nuestro alrededor. Este, entonces, es el inestable y peligroso mundo de especialismo que hemos forjado:
No eres tú el que es tan vulnerable y susceptible de ser atacado que basta una palabra, un leve susurro que no te plazca, una circunstancia adversa o un evento que no hayas previsto para trastornar todo tu mundo y precipitarlo al caos. La verdad no es algo frágil, y las ilusiones no pueden afectarla ni cambiarla en absoluto. Pero ser especial no es lo que es verdad acerca de ti. Pues cualquier cosa puede hacerte perder el equilibrio. Lo que descansa sobre lo que no es nada jamás podrá ser estable. Por muy grande y desmesurado que parezca, se tambaleará, dará vueltas y revoloteará con la más tenue brisa.
(T-24.III.3)
Todo esto, y más, es el resultado inevitable de negar nuestra Identidad como niños del Amor, eligiendo en su lugar el especialismo del ego como dios y niño.
📘(3:1) Niega tu verdadera Identidad y no podrás escaparte de la locura que dio lugar a este extraño, antinatural y fantasmal pensamiento que se burla de la creación y se ríe de Dios.
El sistema de pensamiento del ego - nuestra identidad individual y el mundo - se burla de Dios en Su Rostro en su pronunciamiento arrogante: “Te dije que era el más poderoso. Mira lo que yo he hecho”. Estamos tan enamorados de este niño burlón que no escuchamos la suave voz del milagro:
“De Dios no se hace burla” no es una amenaza, sino una garantía. Dios habría sido burlado si alguna de sus creaciones careciese de santidad. La creación es plena, y la señal de la plenitud es la santidad. Los milagros son afirmaciones de la Filiación, que es un estado de compleción y abundancia.
Todo lo que es verdadero es eterno y no puede cambiar ni ser cambiado. (T-1.V.4:3-5:1)
En otras palabras, escapamos de la locura de la burla al aceptar la Expiación, la cual nos dice que nuestra verdadera Identidad nunca ha cambiado.
🔹️(3:2) Niega tu verdadera Identidad, y te enfrentas al universo solo, sin un amigo: una diminuta mota de polvo contra legiones de enemigos.
La palabra polvo nuevamente simboliza el cuerpo, lo que creemos ser. Tomando prestada la imagen familiar del texto, no somos más que ratoncillos rugiendo en el universo, completamente solos en nuestro miedo (T-22.V.4:3). Este es el corazón del sueño del ego de soledad y abatimiento, tan fácilmente disipado por la verdad de nuestra iluminada gloria como el Hijo de Dios:
Alabado seas tu que haces que el Padre sea uno con Su Propio Hijo. Por separado, no somos nada, pero unidos, brillamos con un fulgor tan intenso que ninguno de nosotros por sí solo podría ni siquiera concebir. Ante el glorioso esplendor del Reino la culpabilidad se desvanece, y habiéndose transformado en bondad ya nunca más volverá a ser lo que antes fue. (T-13.X.14:1-3)
🔹️(3:3) Niega tu verdadera Identidad y contemplarás la maldad, el pecado y la muerte, y verás la desesperanza arrebatarte de las manos todo vestigio de esperanza, dejándote solamente con ansias de morir.
Nuestra búsqueda de los ídolos del especialismo es inútil al final, porque todos moriremos. Nosotros seguimos el consejo del ego y negamos el mal, el pecado y la muerte de la mente, que proyectamos y luego vimos en el mundo, pero nunca dentro. Se suponía que el cuerpo proyectado nos salvaría, sin embargo, esta tentación del ego no logró nada. Convertirnos en una cosa que no somos solo nos trajo dolor y desesperación, como cada ídolo en el que pusimos nuestra esperanza, el cual finalmente también nos falló. Afortunadamente, podemos elegir de nuevo - el infierno del cuerpo o el Cielo del espíritu:
Así puedes mantenerte alerta contra la tentación, recordando que no es más que un deseo demente e insensato de convertirte en algo que no eres. Y piensa también en esa cosa que querrías ser en cambio. Pues de lo que esa cosa se compone es de locura, de dolor y muerte; de traición y de profunda desesperación, así como de sueños fallidos y de haber perdido toda esperanza, salvo la de morir, para así poner fin al sueño de miedo. Eso es todo lo que es la tentación; nada más. ¿Cómo iba a ser difícil elegir contra ello? Examina lo que es la tentación y reconoce cuáles son las verdaderas alternativas entre las que eliges….. Las alternativas son el infierno o el Cielo, y de éstas, sólo puedes elegir una. (T-31.VII.14:1-6,9)
📘(4:1) Sin embargo, ¿qué podría ser esto sino un juego en el que puedes negar tu Identidad?
El ego nos dice que la separación fue una idea seria con consecuencias desastrosas. Sin embargo, para Jesús sólo es un juego. Recuerda este pasaje que describe la fantasía de un niño que fabrica y cree en un mundo en el que las cosas parecen muy reales, como paralelo a nuestro propio juego de la vida física que también parece muy real, en el que creamos una identidad ilusoria en lugar de la real, la cual se encuentra detrás de las nubes de la nada del ego:
Pero en ese banco de nubes es fácil ver todo un mundo. Las cordilleras, los lagos y las ciudades que ves, son todos producto de tu imaginación; y desde las nubes, los mensajeros de tu percepción regresan a ti, asegurándote que todo eso se encuentra allí. Se destacan figuras que se mueven de un lado a otro, las acciones parecen reales, y aparecen formas que pasan de lo bello a lo grotesco. Y esto se repite una y otra vez, mientras quieras seguir jugando el juego infantil de pretender ser otra cosa. (T-18.IX.7:1-4)
🔹️(4:2-6) Eres tal como Dios te creó. Creer cualquier otra cosa es absurdo. Con este solo pensa-miento todo el mundo se libera. Con esta sola verdad desaparecen todas las ilusiones. Con este solo hecho se proclama que la impecabilidad es eternamente parte integral del todo, el núcleo central de su existencia y la garantía de su inmortalidad.
Nuestro verdadero Ser es impecable, y Jesús nos invita a elegir contra la tentación de no ser tal como Dios nos creó, restaurando a nuestra conciencia la alegre verdad: somos el único Hijo de Dios. Todo lo demás es irreal y, por lo tanto, falso:
Las imágenes que fabricas no pueden prevalecer contra lo que Dios Mismo quiere que seas. Por lo tanto, jamás tengas miedo de la tentación, sino reconócela como lo que es: una oportunidad más para elegir de nuevo y dejar que la fortaleza de Cristo impere en toda circunstancia y lugar donde habías erigido una imagen de ti mismo….. Aprende, pues, el feliz hábito de responder a toda tentación de percibirte a ti mismo débil y afligido con estas palabras:
Soy tal como Dios me creó. Su Hijo no puede sufrir. Y yo soy Su Hijo. (T-31.VIII.4:1-2; 5:1-4)
📘(5:1-2) Deja que la idea de hoy encuentre un lugar entre tus pensamientos, te habrás elevado muy por encima del mundo, así como por encima de todos los pensamientos mundanos que lo mantienen prisionero. Y desde este lugar de seguridad y escape retornarás a él y lo liberarás.
Jesús nos ruega nuevamente que nos unamos con él en el instante santo de la mente - por encima del campo de batalla y fuera del sueño - en el cual encontramos el recuerdo de nuestro Ser. El recuerdo de esta Identidad es la razón por la que lo necesitamos, porque él no está en el cuerpo sino en la mente - "muy por encima del mundo". Jesús aquí también hace eco de la Lección 184, donde nos pidió que saliéramos del mundo de la oscuridad hacia el lugar de la luz en nuestras mentes, luego para volver a la oscuridad, con nuestra atención ahora basada en la luz y la verdad, no en el especialismo. Esta es la versión del texto de este pensamiento:
Elévate, y desde un lugar más alto, contémplalo. Desde ahí tu perspectiva será muy diferente….. Cuando la tentación de atacar se presente para nublar tu mente y volverla asesina, recuerda que puedes ver la batalla desde más arriba….. Cuando se presenten, no abandones tu lugar en lo alto, sino elige inmediatamente un milagro en vez del asesinato. Y Dios Mismo, así como todas las luces del Cielo, se inclinarán tiernamente ante ti para apoyarte.
Piensa en lo que se les concede a los que comparten el propósito de su Padre sabiendo que es también el suyo: no tienen necesidad de nada; cualquier clase de pesar es inconcebible; de lo único que son conscientes es de la luz que aman y sólo el amor brilla sobre ellos para siempre….. Sin embargo, ¿podría ser eso algo que te ofreciese una calma perfecta y una sensación de amor tan profunda y serena que ninguna sombra de duda pudiera jamás hacerte perder la certeza? (T-23.IV.5:1-2; 6:1,5-6; 8:1-4,8)
Este regalo de seguridad, certeza y amor lo damos a todos los que aún permanecen en el campo de batalla de encarcelamiento y desesperación:
🔹️(5:3-4) Pues aquel que puede aceptar su verdadera Identidad realmente se salva. Y su salvación es el regalo que les hace a todos, como muestra de gratitud hacia Aquel que le mostró el camino a la felicidad que cambió toda su perspectiva acerca del mundo.
Ten en cuenta que esto no habla de cambiar el mundo, sino solo nuestra perspectiva del mundo, el cómo lo vemos. Las palabras aquí son de suma importancia. Cuando nos encontramos atrapados en la búsqueda del especialismo - amor u odio - en ese mismo instante necesitamos darnos cuenta hemos depositado nuestra confianza en un ídolo. Esto nos permite volver a nuestras mentes y pedir ayuda. Compartiendo la visión de Jesús, miraremos el mundo y lo veremos de manera diferente. Dado que la mente del Hijo de Dios es una, el mundo cambia en consecuencia, en la percepción de nuestra mente.
📘(6:1) Basta con un solo pensamiento santo como éste para liberarte: tú eres el santo Hijo de Dios Mismo.
Este, nuevamente, es el principio de Expiación: la separación nunca sucedió. Es nuestra declaración de independencia - el camino de regreso al Ser que nunca abandonamos.
🔹️(6:2-5) Y con este pensamiento santo comprendes asimismo que has liberado al mundo. No tienes necesidad de usarlo cruelmente, y luego percibir esa misma necesidad en él. Lo liberas de tu aprisio-namiento. No verás una imagen devastadora de ti mismo vagando por el mundo llena de terror, mientras éste se retuerce en agonía porque tus miedos han dejado impreso en su corazón el sello de la muerte.
Nuevamente enfrentamos la proyección: somos los que usamos el mundo cruelmente, queremos matar a todos los que están en él y hacer responsables a los demás, tratando de establecer nuestra inocencia. Esa es la cara subyacente de "El concepto del yo frente al verdadero Ser" (T-31.V.4:3-5:3). La cara en nuestra experiencia, en la cual buscamos convencer a otros, de la inocencia que ve crueldad en el mundo, pero no dentro de sí misma. Al final, sin embargo, aprendemos que el mundo no nos encarceló, ya que la mentalidad de este sistema de pensamiento cruel y despiadado era el agente encarcelador. En ese reconocimiento, nosotros y nuestros hermanos somos liberados, ya que la vida del único Hijo de Dios ha sido elegida sobre la "vida" comprada por su muerte. El pecado del cuerpo ha sido devuelto a su fuente - la mente loca del Hijo - donde se disuelve suavemente en la luz del perdón:
Si eres un pecado, aprisionas a la mente dentro del cuerpo y le adjudicas el propósito de ésta a su prisión, que entonces actúa en su lugar….. Más es el cuerpo el que es el prisionero, no la mente….. La mente que se considera a sí misma un pecado sólo tiene un propósito: que el cuerpo sea la fuente del pecado, para que la mantenga en la prisión que ella misma eligió y que vigila, y donde se mantiene a sí misma separada, prisionera de los perros rabiosos del odio y de la maldad, de la enfermedad y del ataque, del dolor y de la vejez, de la angustia y del sufrimiento….. El pecado se conserva mediante la muerte, y aquellos que creen ser un pecado no pueden sino morir por razón de lo que creen ser….. Libera a tu cuerpo del encarcelamiento, y no verás a nadie prisionero de lo que tú mismo te has escapado. Tampoco querrás retener en la culpabilidad a aquellos que habías decidido que eran tus enemigos, ni mantener encadenados a la ilusión de un amor cambiante a aquellos que consideras amigos. (T-31.III.3:10; 4:1; 5:1,4; 6:5-6)
El encarcelamiento es la experiencia subyacente de todos los que piensan que están aquí, así como la libertad pertenece a quienes perdonan.
📘(7:1-4) Alégrate hoy de cuán fácilmente desaparece el infierno. No necesitas más que decirte a ti mismo: Soy el santo Hijo de Dios Mismo. No puedo sufrir ni sentir dolor; no puedo sufrir pérdidas ni dejar de hacer todo lo que la salvación me pida.
Cuando cambio hacia Jesús como mi maestro, cambio la experiencia de mi identidad, aprendiendo que un Hijo de Dios no puede ser lastimado. Mi cuerpo puede parecer herido, pero al decir las palabras anteriores, tomadas de la declaración del texto que cité anteriormente, ahora soy consciente de que mi realidad está fuera del sueño. Una vez que el infierno se entiende como una decisión equivocada que nuestras mentes han tomado, éste ya no es un lugar real cuyos efectos están fuera de nuestro control, y, por lo tanto, es fácilmente deshecho.
🔹️(7:5) Y con este pensamiento todo lo que contemples cambiará por completo.
El cambio está en mi percepción, no siendo necesariamente aparente para los ojos que todavía están sujetos al mundo. Recuerda, no hay mundo. Mi experiencia perceptiva es la única realidad dentro del sueño, pero solo en el sueño. En otras palabras, nuestro mundo de la muerte ha sido fabricado, como vemos en este pasaje:
Todo eso son fabricaciones tuyas. Es un cuadro de lo que tú crees ser: de cómo te ves a ti mismo. Los asesinos están aterrorizados y los que matan tienen miedo de la muerte. Todas estas cosas no son sino los temibles pensamientos de aquellos que se amoldan a un mundo que se ha vuelto temible debido a los ajustes que ellos mismos hicieron. Y lo contemplan con pesar desde su propia tristeza interior, y ven la tristeza en él. (T-20.III.4:3-7)
Afortunadamente, hay otra forma de percibir el mundo, porque hay otra manera de percibirnos a nosotros mismos, como Jesús nos dice ahora:
📘(8:1) Un milagro ha iluminado todas las lúgubres y viejas cavernas en las que los ritos de la muerte reverberaban desde los orígenes del tiempo.
En otra parte, Jesús habla de "tumbas tenebrosas desde las que el terror surge de los huesos de la muerte" (T-28.V.7:5), describiendo acertadamente lo que hemos hecho de la mente: una casa de muerte por causa del temible sistema de culpabilidad del ego. Sin embargo, la mente permanece oscurecida solo porque retenemos la enfermedad por la culpa que oculta la luz:
La enfermiza atracción que ejerce la culpabilidad tiene que ser reconocida como lo que es. Pues al haberse convertido en algo real para ti, es esencial que la examines detenidamente, y que aprendas a abandonarla dejándote de interesar por ella….. Pero la atracción de la culpabilidad es algo valioso para ti debido únicamente a que no has examinado lo que es y, por lo tanto, la has juzgado completamente a ciegas. A medida que la llevamos a la luz, tu única pregunta será: “¿Cómo es posible que jamás la hubiese podido desear? No tienes nada que perder si la examinas detenidamente, pues a una monstruosidad como ésa no le corresponde estar en tu santa mente. (T-15.VII.3:1-2,4-6)
🔹️(8:2) Pues el tiempo ya no tiene dominio sobre el mundo.
El tiempo y el espacio fueron creados por el ego para proteger el encarcelamiento de la mente. Ellos van de la mano para demostrar que el ego tiene razón y que Dios está equivocado, siendo, como el texto dice, "la misma ilusión, pero se manifiestan de formas diferentes" (T-26.VIII.1:3). Cuando cambiamos los maestros, sin embargo, el tiempo tiene un propósito diferente, convirtiéndose en un instrumento de liberación del mundo de la culpa, en lugar de su agente encarcelador; nuestro amigo en lugar de enemigo:
El tiempo es tu amigo si lo pones a la disposición del Espíritu Santo….. Aquel que trasciende el tiempo por ti, entiende cuál es el propósito del tiempo…… Jamás hubo un solo instante en el que el Hijo de Dios pudiese haber perdido su pureza….. En su santidad el tiempo se detiene, y deja de cambiar. Y así, deja de ser tiempo. Pues al estar atrapado en el único instante de la eterna santidad de la creación de Dios, se transforma en eternidad. (T-15.I.15:1,3,5,7-9)
🔹️(8:3) El Hijo de Dios ha venido radiante de gloria a redimir a los que estaban perdidos, a salvar a los desvalidos y a darle al mundo el regalo de su perdón.
Esta es una referencia a la visión bíblica de Jesús como el Hijo perdonador de Dios que viene radiante de gloria a redimir a los que estaban perdidos y a salvar a los desvalidos. Aquí, como lo hace a lo largo de Un Curso de Milagros, Jesús nos dice: "Sí, esto es cierto para mí, pero también es cierto para ti, porque todos somos parte del único Hijo de Dios. Por lo tanto, no soy especial, y lo que yo puedo hacer, tú también puedes".
🔹️(8:4) ¿Quién podría ver el mundo como un lugar siniestro y pecaminoso cuando el Hijo de Dios ha venido por fin a liberarlo nuevamente?
Cuando nuestras mentes están curadas, el mundo ya no se ve como un lugar siniestro y pecaminoso, sino como un juego tonto que juegan los niños, el cual no tiene ningún efecto sobre la verdad. Somos entonces estudiantes felices que se unen a las voces liberadas en este alegre canto de libertad:
Ve a tus hermanos libres, y aprende de ellos cómo liberarte de las tinieblas. La luz que refulge en ti los despertará, y ellos no dejarán que sigas durmiendo. La visión de Cristo se otorga en el mismo instante en que se percibe….. La quietud de su simplicidad es tan irresistible que te darás cuenta de que es imposible negar la simple verdad, pues no hay nada más. Dios está en todas partes y Su Hijo mora en Él junto con todo lo demás. ¿Cómo puede entonar cantos fúnebres cuando esto es cierto?
(T-14.II.8:1-3,5-7)
📘(9:1) Tú que te percibes a ti mismo como débil y frágil, lleno de vanas esperanzas y de anhelos frustrados; nacido sólo para morir, llorar y padecer, escucha esto:
Antes de leer la conclusión de esta oración, quiero subrayar la importancia de cómo Jesús se dirige a nosotros aquí. Un Curso de Milagros nos ha sido dado por el motivo específico de la corrección. Si no crees que eres "débil y frágil, lleno de vanas esperanzas y anhelos frustrados, nacido sólo para morir, llorar y padecer", no deberías estar estudiando este curso. Jesús quiere que te identifiques con el concepto del ego de este ser, de lo contrario no creerás que necesitas su ayuda. Recuerda que Un Curso de Milagros no es la verdad, sino una corrección de la mentira, que luego da paso a la verdad. Si crees que ya estás curado, el Curso no es para ti. Jesús está dirigiendo sus palabras a aquellos quienes no niegan este sombrío retrato del ego. Una vez que aceptas que crees que tu realidad es "la morada del mal, de las tinieblas y del pecado" (L-pI.93.1:1), estás abierto a la corrección.
🔹️(9:1-2) Se te ha dado todo poder en la tierra y en el Cielo. No hay nada que no puedas hacer.
Esta es una línea puesta en la boca de Jesús por los evangelistas. Al final del evangelio de Mateo, por ejemplo, dice que "todo el poder en el Cielo y en la tierra me es dado" (28:18) En esta lección, Jesús nos dice: "Sí, me lo dieron porque soy Hijo de Dios, pero también te fue dado a ti. La única diferencia entre nosotros es que yo sé que soy ese poder y tú no, porque has sustituido con un ídolo al verdadero poder de Cristo". Recordemos esto de las primeras páginas del texto:
No hay nada con respecto a mí que tú no puedas alcanzar. No tengo nada que no proceda de Dios. La diferencia entre nosotros por ahora estriba en que yo no tengo nada más. Esto me coloca en un estado que en ti sólo es latente.
“Nadie viene al Padre sino por mí” no significa que yo esté en modo alguno separado de ti o que sea diferente, excepto en el tiempo, y el tiempo no existe realmente. (T-1.II.3:10-4:1)
El poder al que se refiere Jesús es el poder de la mente para elegir:
El poder de decisión es la única libertad que te queda como prisionero de este mundo. (T-12.VII.9:1)
🔹️(9:3-4) Juegas el juego de la muerte, el de ser impotente, el de estar lamentablemente encadenado a la disolución en un mundo que no tiene misericordia contigo. No obstante, cuando tengas misericordia con él, su misericordia resplandecerá sobre ti.
Todo el dolor y la victimización es un disfraz que nos hemos puesto, un juego de víctimas inocentes en el que somos abusados, expulsados, rechazados, abandonados y traicionados. Sin embargo, Jesús nos dice: "No debes tomarlo en serio porque yo no lo tomo en serio". Qué insultante es esto para nosotros que hemos crecido para apreciar nuestras lamentables historias de victimización - queremos que estas historias sean analizadas y entendidas, que no nos las quiten; exigimos simpatía por nuestra miseria, no que nos digan que es un disfraz. Sin embargo, cuando finalmente cambiamos nuestras mentes, esta falta de misericordia se transforma en misericordia:
Ése es el mundo que ves: un juicio contra ti mismo, que tú has emitido. El ego protege celosamente esa imagen enfermiza de ti mismo, pues ésa es su imagen y lo que él ama, y la proyecta en el mundo. Y tú te ves obligado a adaptarte a ese mundo mientras sigas creyendo que esa imagen es algo externo a ti, y que te tiene a su merced. Ese mundo es despiadado, y si se encontrase fuera de ti, tendrías ciertamente motivos para estar atemorizado. Pero fuiste tú quien hizo que fuese inclemente, y si ahora esa inclemencia parece volverse contra ti, puede ser corregida. (T-20.III.5:5-9)
Y es corregida, una vez que le pedimos a Él que nuestros ojos sean de misericordia.
📘(10:1-3) Deja entonces que el Hijo de Dios despierte de su sueño, y que al abrir sus ojos santos, regrese para bendecir el mundo que él fabrico. Éste nació de un error, pero acabará en el reflejo de la santidad del Hijo de Dios. Y éste dejará de dormir y de soñar con la muerte.
Este es un juego, pero no el juego del mundo - el nuestro. En el siguiente pasaje, Jesús nos dice cuán felices seremos al despertar de este sueño de muerte y recordar nuestra función en la tierra - reflejando la santa verdad del Cielo:
El mundo acabará con alegría porque es un lugar triste….. El mundo acabará en paz porque es un campo de batalla….. El mundo acabará entre risas porque es un valle de lágrimas….. Y sólo el completo perdón da lugar a todo esto para bendecir el mundo. El mundo partirá en bendiciones, pues no acabará como comenzó. Convertir el infierno en Cielo es la función de los maestros de Dios porque lo que enseñan son lecciones que reflejan el Cielo. (M-14.5:1,3,5,7-9)
🔹️(10:4) Únete a mí hoy.
Este es uno de los pocos lugares en el libro de ejercicios donde Jesús habla en primera persona, y él quiere decir estas palabras literalmente. Escucha estas palabras a medida que avanzas en este día y estés tentado a excluirlo. Sabrás que estás intentando esto cuando tus pensamientos estén llenos de especialismo, juicio, victimización y dolor.
🔹️(10:5-8) Tu gloria es la luz que salva al mundo. No sigas negándote a conceder la salvación. Contempla el mundo que te rodea, y observa el sufrimiento que se abate sobre él. ¿No está acaso dispuesto tu corazón a llevarles descanso a tus fatigados hermanos?
La gloria no es solo la nuestra, Jesús nos enseña; es la gloria del Hijo de Dios, de quien cada uno de nosotros es parte. El sufrimiento que nos pide que veamos no es el sufrimiento físico ni mental experimentado por algunos y no por otros. Es el dolor de todos los que creen, como nosotros leímos en el párrafo 9, que son "débiles y frágiles, llenos de vanas esperanzas y de anhelos frustrados, nacidos sólo para morir, llorar y padecer”. Todos nos identificamos con el cuerpo sufriente, y mientras creamos que estamos aquí, estamos en este grupo infeliz. Al extender la bondad y la misericordia a los demás, por lo tanto, solo nos la otorgamos a nosotros mismos.
📘(11:1-5) Ellos tienen que esperar hasta que tú te liberes. Permanecen encadenados hasta que tú seas libre. No pueden ver la misericordia del mundo hasta que tú la encuentres en ti mismo. Sufren hasta que tu niegues que el dolor te atenaza. Mueren hasta que tú aceptes tu propia vida eterna.
Estas declaraciones expresan nuestra unidad. Sin embargo, mientras nos identificamos con el ego, percibiremos el sufrimiento de otras personas y no el de nosotros mismos. Sin embargo, la percepción está solo en la mente, y no en lo que pensamos que es externo. Por eso, de nuevo, es importante mantener la metafísica de Un Curso de Milagros al alcance de la mano mientras lees y practicas las enseñanzas. Si no te das cuenta de que no hay nadie fuera de ti y de que todos son una figura en tu sueño, entenderás que estas declaraciones dicen algo completamente diferente de su significado previsto. Por cierto, Jesús no significa que debas sentirte culpable porque retienes el amor. Eso sería realmente cruel. Sin embargo, tú eres responsable por la forma en que percibes las elecciones de otras personas, aunque no eres responsable de lo que ellos escogen. Jesús explica esto al principio del texto, con respecto a los efectos de aferrarnos a nuestra creencia en la separación, por lealtad al ego:
Al proyectar eso [lealtad fuera de lugar o mal dirigida] sobre otros los aprisionas, pero sólo en la medida en que refuerzas los errores que ellos ya han cometido. Eso los hace vulnerables a las distorsiones de los demás, ya que la percepción que tienen de sí mismos está distorsionada. El que obra milagros tan sólo puede bendecirlos, lo cual desvanece sus distorsiones y los libera de su prisión. (T-1.III.5:9-11)
Por lo tanto, reflejamos para otros la elección por la vida, la única forma de salir de nuestras cárceles infernales de culpa.
🔹️(11:6-8) Eres el santo Hijo de Dios Mismo. Recuerda esto, y el mundo entero se libera. Recuerda esto, y la tierra y el Cielo son uno.
Cuando recordamos que Jesús tiene razón y que el ego está equivocado, liberamos al mundo. Reflejamos el amor del Cielo aquí en la tierra, y acercamos a la Filiación al recuerdo de que no hay otro amor que el de Dios. Terminamos la lección con esta hermosa conclusión de la penúltima sección del texto:
No dejes que la luz del mundo, la cual te ha sido concedida, permanezca oculta en el mundo. El mundo necesita la luz, pues es ciertamente un lugar sombrío, y los hombres se desesperan por haber negado la visión del salvador y lo que ven es la muerte. Su salvador se encuentra ahí, desconocidamente y desconocido, y los contempla con los ojos cerrados. Y ellos no podrán ver hasta que él los contemple con ojos videntes y les ofrezca el perdón que se ofrece a sí mismo. ¿Podrías tú a quien Dios exhorta: “¡Libera a Mi Hijo!” caer en la tentación de no escuchar, una vez que te has dado cuenta de que es tu propia liberación la que Él pide? ¿Y qué otra cosa sino ésta pretende enseñar este curso? ¿Y qué otra cosa sino ésta tienes que aprender? (T-31.VII.15)
Del libro “Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM” por el Dr. Kenneth Wapnick. TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL POR DANIEL BEZVESELNY.