Introducción Lecciones 181 - 200

INTRODUCCIÓN A LAS LECCIÓNES (181 - 200)
"Este es el único lugar en el libro de ejercicios donde Jesús proporciona una introducción especial a una serie de lecciones. Estas son las últimas veinte lecciones de la Parte I, que, como se recuerda en la Introducción al libro de ejercicios, tiene como objetivo deshacer la falsa percepción. La parte II se centra en la adquisición de la percepción verdadera. Jesús reafirma esto para nosotros aquí en su breve introducción.
📘(1:1) «El propósito de estas próximas lecciones es intensificar tu buena voluntad a fin de fortalecer tu débil compromiso y de fundir todos tus variados objetivos en un solo empeño.»
Jesús nos dice inequívocamente: “Sé que te olvidas, y que no estás dispuesto y tienes miedo. El propósito de estas líneas no es hacerte sentir culpable, sino ayudarte a darte cuenta de lo asustado que estás, para que me pidas ayuda para dejar ir el miedo.”
🔹️(1:2) «No se te pide que tu dedicación sea total todo el tiempo.»
Todos respiran aliviados al leer estas palabras. Jesús no está pidiendo algo que todavía tienes demasiado miedo de aceptar, pero sí quiere que reconozcas tu falta de voluntad para hacer una dedicación total. Es imperativo entender cuánto no quieres pensar en Dios veinticuatro horas al día, o continuamente tomar la mano de Jesús. Puedes hacerlo unos minutos aquí y allá cuando te convenga, pero debes reconocer cuánto quieres ayuda en tus términos, no en los de él. El propósito de las palabras de Jesús no es imponer culpa, sino simplemente decirnos: “Comprende tu dedicación para mantener tu ego, y lo temeroso que eres de mi amor. Si no eres consciente de este miedo, no podrás pedirme ayuda para dejarlo ir." Sus palabras están destinadas a consolarnos en el sentido de que no pide una dedicación completa, sino sólo un poco de buena voluntad:
“No es necesario que hagas nada más; de hecho, es necesario que comprendas que no puedes hacer nada Más. No te empeñes en darle al Espíritu Santo lo que Él no te pide, o, de lo contrario, creerás que el ego forma parte de Él y confundirás a uno con otro. El Espíritu Santo pide muy poco. Él es Quien aporta la grandeza y el poder...Darte cuenta de lo poco que tienes que hacer es lo que le permite a Él dar tanto.” (T-18.IV.1:5-8, 10)
🔹️(1:3) «Pero sí que practiques ahora a fin de llegar a alcanzar la sensación de paz que, aunque sólo sea de manera intermitente, tal compromiso unificado brinda.»
Jesús quiere que entendamos que cuando acudamos a él y practiquemos estas lecciones, nos sentiremos mejor. Al igual que con cualquier teórico del refuerzo, él quiere que entendamos que aprenderemos más a través de recompensas que a través del castigo. Su amor nos dice: “La recompensa será tu sensación de paz cuando recurras a mí en busca de ayuda. Que obtengas o no lo específico que quieres es irrelevante; serás feliz simplemente por haberme pedido que te ayude. Sentirte mejor reforzará tu petición, al igual que el reconocimiento de la parte de ti que se resiste". Él comenta más en el texto sobre su programa de recompensas y castigos:
“Todavía tienes muy poca confianza en mí, pero ésta aumentará a medida que recurras más y más a mí -en vez de a tu ego- en busca de consejo. Los resultados te irán convenciendo cada vez más de que ésta es la única elección cuerda que puedes hacer. Nadie que aprenda por experiencia propia que cierta elección le brinda paz y alegría, mientras que otra le precipita al caos y al desastre tiene más necesidad de persuasión. Es más eficaz aprender a base de recompensas que a base de dolor porque el dolor es una ilusión del ego y no puede producir más que un efecto temporal. Las recompensas de Dios, en cambio, se reconocen inmediatamente como eternas. Puesto que este reconocimiento lo haces tú [por ejemplo, el tomador de decisiones] y no el ego, el reconocimiento mismo establece que tú y el ego no podéis ser lo mismo.” (T-4.VI.3:1-6)
🔹️(1:4) «Experimentar eso es lo que hará que estés completamente dispuesto a seguir el camino que este curso señala.»
Jesús no está diciendo que deberíamos elegirlo todo el tiempo, pero está diciendo: “Por favor, dame una oportunidad, y verás que soy un maestro mucho mejor -más sabio, más gentil y más amoroso- de lo que tú nunca has sido." Recuerda nuestra línea citada a menudo:
“Renuncia ahora a ser tu propio maestro...pues no fuiste un buen maestro.” (T-12.V.8:3; T-28.I.7:1)
📘(2:1) «Nuestras lecciones están ahora orientadas específicamente a ampliar tus horizontes, y a tratar de manera directa con determinados obstáculos que mantienen tu visión constreñida y demasiado limitada para dejarte ver el valor de nuestro objetivo.»
Jesús reafirma sus palabras en la Introducción al texto: el propósito de Un Curso de Milagros no es «enseñarnos» sobre el amor, sino ayudarnos a eliminar los obstáculos a la conciencia de su presencia (T-in.1: 6-7) . Él nos dice, por lo tanto, que el suyo no es un curso acerca del amor, sino acerca de deshacer el especialismo que se interpone en el camino de recordar el amor. A medida que estos obstáculos son deshechos a través del perdón, el amor dentro de nuestras mentes es capaz de extenderse, abarcando más y más de la Filiación que habíamos buscado excluir. El proceso es uno de generalización o de transferencia del entrenamiento, y el lector puede recordar este pasaje de la Introducción al libro de ejercicios - el objetivo pedagógico del Curso:
“Así pues, las únicas reglas generales a observarse en todas las lecciones son: Primera, los ejercicios deben practicarse con gran precisión, tal como se indique. Esto te ayudará a generalizar las ideas en cuestión a toda situación en la que te encuentres, así como a todas las cosas y personas en ella. Segunda, asegúrate de no decidir por tu cuenta que hay ciertas personas, situaciones o cosas a las cuales no se les puede aplicar estas ideas. Eso interferiría en la transferencia del entrenamiento. La naturaleza misma de la percepción verdadera es que no tiene límites. Es lo opuesto a la manera en que ves las cosas ahora. El objetivo general de los ejercicios es incrementar tu capacidad de ampliar las ideas que estarás practicando de modo que lo incluyan todo.” (W-in. 6:1-7:1)
🔹️(2:2) «Lo que nos proponemos ahora es transcender esos obstáculos, aunque sólo sea brevemente.»
No vamos a trascender estos obstáculos totalmente, dice Jesús, porque todavía tenemos demasiado miedo de perder nuestra identidad. Pero él quiere que experimentemos lo bien que se siente cuando liberamos nuestro especialismo e inversión en tener razón. Estos dos pasajes familiares son recordatorios útiles de su suave y no amenazante guía:
“No temas que se te vaya a elevar y a arrojar abruptamente a la realidad. El tiempo es benévolo, y si lo usas en beneficio de la realidad, se ajustará al ritmo de tu transición.” (T-16.VI.8:1-2)
“Todo lo que aterrorizó al Hijo de Dios y le hizo pensar que había perdido su inocencia, repudiado a su Padre y entrado en guerra consigo mismo no es más que un sueño fútil. Mas ese sueño es tan temible y tan real en apariencia, que él no podría despertar a la realidad sin verse inundado por el frío sudor del terror y sin dar gritos de pánico, a menos que un sueño más dulce precediese su despertar y permitiese que su mente se calmara para poder acoger -no temer- la Voz que con amor lo llama a despertar; un sueño más dulce, en el que su sufrimiento cesa y en el que su hermano es su amigo. Dios dispuso que su despertar fuese dulce y jubiloso, y le proporcionó los medios para que pudiese despertar sin miedo.” (T-27.VII.13:3-5)
Ten en cuenta el énfasis en la «suavidad» (gentileza, mansedumbre) en este proceso de despertar. Esta cuarta característica de los maestros avanzados de Dios (M-4.IV) expresa la bondad amorosa de nuestro maestro y un ejemplo de cómo quiere que estemos los unos con los otros.
🔹️(2:3-4) «Las palabras en sí no pueden transmitir la sensación de liberación que se experimenta una vez que se han eliminado dichos obstáculos. Mas la experiencia de libertad y de paz que descenderá sobre ti cuando renuncies a tu férreo control de lo que ves será más que suficiente para convencerte.»
Estas palabras no significan nada si no las pones en práctica. No basta con recorrer el libro de ejercicios repitiendo lecciones y palabras. Necesitas aplicar la enseñanza diaria cuando estés tentado a olvidar. Nuevamente, cuando apliques estas palabras a tu vida diaria y con la ayuda de Jesús para liberar tu inversión en el especialismo, te sentirás mejor. Jesús nos expresó este mismo pensamiento al principio del texto en el contexto de dejar ir el juicio. Recordar con frecuencia lo siguiente, como hemos hecho en este libro, acelerará la experiencia de la libertad y la paz:
“No tienes idea del tremendo alivio y de la profunda paz que resultan de estar con tus hermanos o contigo mismo sin emitir juicios de ninguna clase.” (T-3.VI.3:1)
Decir que me alegro de estar equivocado es lo mismo que decir que me alegro de haber renunciado al control de mi vida, incluido el intento de controlar a los demás. Esto incluye intentar controlar a Jesús diciéndole lo que necesito, como le explicó a Helen cuando ella le pidió ayuda específica. Él respondió que ella estaba tratando de hacer que lo inmanejable fuera manejable, y convertir la experiencia de su amor no-específico en algo específico que luego pudiera manejar sin miedo. Cuando experimentemos la paz que viene de dejar ir el ego, será mucho más difícil aferrarse a los juicios y a la necesidad de controlar el futuro.
🔹️(2:5) «Tu motivación se intensificará de tal manera que las palabras dejarán de ser relevantes.»
Jesús quiere que queramos aprender Un Curso de Milagros. Cualquier maestro sabe que los alumnos nunca aprenderán a menos que estén motivados para hacerlo, así que Jesús nos dice que nos sentiremos mejor si practicamos sus lecciones. La lección 181, que sigue, enfatiza particularmente este tema de la motivación. El problema es que no estamos convencidos de que seguir a Jesús nos hará felices. De hecho, pensamos todo lo contrario - el especialismo de nuestro ego funcionará para nosotros, y estamos tan convencidos de ello que el cambio a Jesús como nuestro maestro requiere de convencimiento. Somos reacios a admitir que hemos hecho un desastre de nuestras vidas, y queremos creer desesperadamente que hemos hecho un gran trabajo. Sin embargo, si lo hubiéramos hecho, nuestra conciencia sería del Cielo, no del mundo.
🔹️(2:6) «Sabrás con certeza lo que quieres y lo que no tiene valor.»
Al comienzo del párrafo, Jesús habló del valor de su meta, en contraste con la falta de valor de la nuestra. Él hace esta distinción a lo largo del libro de ejercicios, específicamente en la Lección 133, “No le daré valor a lo que no lo tiene”. De hecho, el objetivo de Un Curso de Milagros es enseñar la falta de valor del sistema de pensamiento del ego y el valor del suyo, que es evidente por la paz que brinda. Este importante tema también se discute en el manual para los maestros, donde Jesús describe las tres primeras etapas en el desarrollo de la confianza en términos de aprender la naturaleza carente de valor del mundo y el valor inherente al aprendizaje de las lecciones de perdón. Aquí están sus comentarios sobre la segunda etapa, "un período de selección":
“Este período es siempre bastante difícil, pues al haber aprendido que los cambios que se producen en su vida son siempre beneficiosos, tiene entonces que tomar todas sus decisiones sobre la base de si contribuyen a que el beneficio sea mayor o menor. Descubrirá que muchas cosas, si no la mayoría de las que antes valoraba, tan sólo obstruyen su capacidad para transferir lo que ha aprendido a las nuevas situaciones que se le presentan. Puesto que ha valorado lo que en verdad no vale nada, no generalizará la lección por temor a lo que cree pueda perder o deba sacrificar. Se necesita haber aprendido mucho para poder llegar a entender que todas las cosas, acontecimientos, encuentros y circunstancias son provechosos. Sólo en la medida en que son provechosos, deberá concedérseles algún grado de realidad en este mundo de ilusiones. La palabra "valor" no puede aplicarse a nada más.” (M-4.I-A.4:2-7)
📘(3:1) «Así pues, comencemos la jornada que nos llevará más allá de las palabras, concentrándonos en primer lugar en lo que todavía supone un escollo para tu progreso.»
Jesús regresa al enfoque principal de Un Curso de Milagros: deshacer el ego, el proceso que nos lleva a casa. Es como si fuéramos un globo pesado y atado a este mundo, nuestro propósito es hacer que el globo suba. Por lo tanto, debemos eliminar - mediante el perdón - el peso del especialismo que nos arraiga en el suelo e impide nuestro progreso en el viaje.
🔹️(3:2) «La experiencia de lo que existe más allá de toda actitud defensiva sigue siendo inalcanzable mientras se siga negando.»
Mientras temas al amor y niegues su presencia, ¿cómo puedes alcanzarlo? Mientras te defiendas contra el amor, ¿cómo puedes volver a él? Mientras tengas miedo de Jesús, ¿cómo puedes tomar su mano y despertarte del sueño del ego? Por lo tanto, nos pide que nos demos cuenta de estos impedimentos para poder ayudarnos a superarlos.
🔹️(3:3-6) «Quizá esté ahí, pero tú no puedes aceptar su presencia. De modo que lo que nos proponemos ahora es ir más allá de todas las defensas por un breve intervalo cada día. No se te pide nada más porque no se necesita nada más. Ello será suficiente para garantizar que todo lo demás llegue.»
El Amor de Dios ya está presente en tu mente, pero todavía lo temes. Por lo tanto, no saltas de tus pesadillas a Sus Brazos, sino que vas paso a paso, lenta y suavemente, a medida que aprendes a perdonar. Cuando no estás dispuesto a dejar ir un resentimiento, no es porque te atraiga «per se», sino porque temes a dónde te llevará su liberación. Tu ego entiende que si continúas perdonando y dejando ir el pasado, desaparecerás en el Corazón de Dios. El temor a esto te impide dar estos pequeños pasos de perdón. Sin embargo, al hacerlo, te sentirás mucho mejor y serás impulsado a ir más lejos en tu viaje. Sin embargo, procederás con paciencia, respetando tu miedo y confiando en Aquel que camina contigo, porque sabes que el resultado es seguro:
“Los que están seguros del resultado final pueden permitirse el lujo de esperar, y esperar sin ansiedad. Para el maestro de Dios tener paciencia es algo natural. Todo lo que ve son resultados seguros que ocurrirán en un momento que tal vez aún le sea desconocido, pero que no pone en duda.”
(M-4.VIII.1:1-3)
Estamos listos para pasar a las siguientes veinte lecciones, la última serie antes de la Parte II."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martinez.