La Verdadera Empatía - 8 de 23

La Verdadera Empatía - PARTE VIII: Comentarios sobre la sección "La verdadera empatía" (T-16.I) ~ (8 DE 23) por el Dr. Kenneth Wapnick.
"(Párrafo 5 - Frase 1) «El triunfo de la debilidad no es lo que deseas ofrecerle a un hermano.»
La palabra "triunfo" aquí es importante y es central más adelante cuando el Curso habla de las relaciones especiales. Básicamente, cuando siento lástima por ti, me preocupo por ti, quiero ayudarte y empatizo contigo desde el punto de vista del ego, realmente me uno a ti en una alianza contra Dios.
La lección 190 “Elijo el júbilo de Dios en lugar del dolor” dice: “Si Dios es real, el dolor no existe. Mas si el dolor es real, entonces es Dios Quien no existe.” (3:3-4). Son estados mutuamente excluyentes. Si uno es verdadero, el otro no lo es. Si elijo identificarme con mi ego no hay ningún Espíritu Santo en mi mente en ese momento. Si elijo identificarme con el Espíritu Santo, el ego desaparece.
El dolor es una parte inherente del sistema del ego. Existe el dolor original de sentirse separado de nuestra Fuente y aislado de nuestro Hogar, lo cual es traducido por el ego en pecado, culpa y miedo al castigo -- todo lo cual termina en el cuerpo. Está el dolor del ego o el Amor de Dios -- es uno o el otro. Yo soy el que elige. Si elijo el dolor, es porque siento que Dios es el enemigo. El dolor se convierte entonces en una manera de mantener a Dios alejado de mí. Elegir a Dios, elegir identificarse con el Espíritu Santo, es una manera de mantener alejado al ego. Pero es uno o el otro.
Cuando elijo identificarme contigo y con tu dolor, debilidad y pequeñez, me uno a ti en nuestra guerra contra Dios, porque estoy diciendo que el dolor es real. Más aún, lo que estoy diciendo es que Jesús no te ayudará, pero yo sí. Este es un reflejo del pensamiento original del ego que me dice: "El Espíritu Santo no te ayudará; yo te ayudaré. Si te unes al Espíritu Santo, Él te destruirá. Si te unes a mí, me ocultaré contigo lejos de la ira de Dios, y estaremos a salvo".
Ese es el pensamiento original del ego: Dios no te ayudará -- Él está enojado; yo te ayudaré. En este mundo, eso se traduce en: Jesús no te ayudará, yo te ayudaré. Jesús no te ayudará porque o está enojado contigo, o está demasiado ocupado, es demasiado indiferente o demasiado insensible, o ni siquiera sabe de esto; pero yo te ayudaré. Te estoy usando como una forma de triunfar sobre él. Te estoy usando como una manera de probar, otra vez, que soy más grande que Dios. Soy más amoroso que Dios, más preocupado que Dios, etc. De eso se trata todo esto.
(Párrafo 5 - Sentencia 2) «Sin embargo, no reconoces otro triunfo que ése.»
No sabemos cómo estar en este mundo excepto a través del especialismo. Eso es lo que es el mundo, eso es lo que es el ego -- una creencia en el especialismo. Yo soy más especial que Dios, y tengo que hacer un trato con Él para que no se enoje conmigo. Todo el mundo se basa en eso. Todos somos muy buenos en eso. Todos somos muy buenos en saber cómo manipular a otras personas para conseguir lo que queremos.
De niños aprendemos muy rápidamente que si queremos ser alimentados hacemos una rabieta -- empezamos a llorar. Si queremos ser cambiados, lloramos, y casi siempre funciona. Sabemos que si queremos la atención de nuestros padres, sonreímos, porque a los padres les encantan los bebés que les sonríen. Entonces nuestros padres no se sentirán culpables por lo que creen que han hecho al usurpar el poder de Dios para crear -- porque los bebés son un símbolo de lo que hemos hecho contra Dios. Aprendemos que la manera en que podemos conseguir lo que queremos es hacer que otras personas se sientan bien. Así que aprendemos muy rápidamente lo que hará que otras personas se sientan bien, y luego se lo damos para que consigamos lo que queremos. Eso es especialidad, eso es triunfar, y eso es lo que todos sabemos. No sabemos sobre la otra manera. El ego dice: "Si no haces tal o cual cosa, entonces no vas a conseguir lo que quieres. Esta persona no te prestará atención, o no te pagará a menos que le vendas algo. Y si no consigues lo que quieres, ¿cómo vas a existir?" La única manera en que podemos existir y sobrevivir es a través del especialismo. Y todos somos muy, muy buenos en eso. No sabemos sobre la otra manera. Reconocer esto nos ayuda a entender por qué lleva tiempo. Comenzamos paso a paso. Me doy cuenta de que podría ser realmente feliz en una relación con esta persona sin tener que vender mi alma por ello. No tengo que seguir entregándome a estos extraños tratos del ego.
(Párafo 5 - Frase 3) «Eso no es conocimiento [en otras palabras, este tipo de unión no es de Dios o del Espíritu Santo], y la forma de empatía que suscitaría es tan distorsionada, que no haría sino aprisionar lo que quiere liberar.»
Queremos creer que al unirnos con la gente a través de sentir lástima por ellos, realmente nos unimos y expresamos amor. Existe la mágica esperanza de que al unirme a otro cuerpo, desharé la tremenda culpa que me produjo mi separación. En lugar de deshacer el pensamiento en mi mente, trato de deshacerlo donde el pensamiento no está. Creo que al ser una buena persona aquí, al ser preocupado y amoroso y amable y considerado, al hacer el bien en el mundo y hacer que la gente se sienta feliz, puedo ir a Dios y decir: "No soy una mala persona. Yo no soy esta persona pecadora. Soy realmente una buena persona. Soy esta persona amorosa; mira a cuánta gente he salvado hoy."
Queremos unirnos a través del cuerpo sin darnos cuenta de que eso no nos va a liberar de nuestra culpabilidad. Más bien nos aprisiona aún más en nuestra culpabilidad. La verdadera fuente de culpa en mi mente, el pensamiento de haberme separado del Amor de Dios, permanece ahí. Tenemos la esperanza mágica de que nos hemos ocupado del problema cuando no hemos hecho nada con él en absoluto. El problema sigue estando en mi mente; sólo lo hemos resuelto aquí. Eso es lo que el Curso quiere decir cuando dice: “La máxima del ego [es] "Busca, pero no halles" ” (T-16.V.6:5). Siempre estamos buscando la solución a problemas que no existen. Y creemos que los resolvemos aquí.
Así que te salvé hoy, y me siento de maravilla. Pero tengo que hacer la misma maldita cosa otra vez mañana. Tengo que salvarte de nuevo mañana, o salvar a otra persona mañana, porque mi culpa siempre está ahí. Siempre existe esa necesidad de unirnos a la miseria de los demás, de ayudarlos y de salvarlos. Esa es la gran tentación de la gente que hace psicoterapia. Debido a la naturaleza misma de la psicoterapia, el terapeuta está tratando con personas que tienen problemas y el terapeuta sabe la respuesta.
(Párrafo 5 - Sentencias 4-5) «Los que no han sido redimidos no pueden redimir, sin embargo, tienen un Redentor [el Espíritu Santo]. No trates de ser Su maestro.»
En otras palabras, mientras crea que estoy separado del amor, ¿cómo puedo amar? Mientras crea que no me he unido con el Amor de Dios dentro de mí, ¿cómo puedo ser un instrumento para unirme con alguien más? Por cierto, en ediciones anteriores, "Su" no estaba en mayúsculas -- debía ser una "S" mayúscula. Esto quiere decir que no debemos tratar de enseñar al Espíritu Santo. Pero eso es lo que siempre estamos haciendo; estamos tratando de enseñar al Espíritu Santo cómo debe amar, cómo debe ayudar a la gente. Esta es toda la loca idea de orar a Dios por otras personas. La premisa subyacente es que si no le decimos a Dios que ayude a esta persona enferma, Él no va a saber de esta persona. Así que le pedimos a Dios que interceda por esta persona que está enferma, o por este problema en el mundo, o que nos ayude a encontrar una cura para el cáncer, etc.
En otras palabras, tenemos que enseñar al Espíritu Santo cómo hacer Su trabajo. Por supuesto, ese es otro ejemplo de la arrogancia del ego. Todos debemos estar muy contentos y agradecidos de que el Espíritu Santo no le preste ni un poco de atención a lo que le decimos, porque si lo hiciera estaría tan loco como nosotros. El Espíritu Santo sabe que la respuesta a nuestras oraciones está en nuestra venida con Él y a Él en la mente. El problema no es la persona que se está muriendo de cáncer. El problema es mi «preocupación» por la persona que se está muriendo de cáncer. No le pido al Espíritu Santo que interceda para arreglar un cuerpo. Le pido al Espíritu Santo -lo que realmente significa que me pido a mí mismo que me una al Espíritu Santo- que arregle mi mente que piensa que hay un problema.
Un pasaje más adelante en el texto dice que el milagro nos enseña que no es el cuerpo el que está enfermo; es la mente que está enferma la que piensa que el cuerpo está enfermo (T-28.II.11:6-7). Ahí es donde está la enfermedad. No le preguntamos al Espíritu Santo qué hacer; no tenemos que enseñarle cómo prestarle atención a un mundo que Él ni siquiera reconoce. Tenemos que unirnos con Él para poder compartir Su visión y darnos cuenta de que el problema no está aquí afuera. No quiero unirme a la enfermedad. Quiero unirme al amor en mi mente que es el fin de la enfermedad.
(Párrafo 5 - Frase 6) «Tú eres el estudiante; Él, el Maestro.»
Por supuesto esa es otra cosa que no le gusta al ego, porque esta es realmente otra manera de decir que Dios es el Creador, nosotros somos los creados. No nos gusta eso, porque no nos gusta estar en segundo lugar. Así que ahí es exactamente donde colocamos al Espíritu Santo. Pero si somos buenos estudiantes del Curso, no podemos permitir que se vea así, así que siempre le estamos preguntando al Espíritu Santo qué hacer. Sin embargo, siempre le estamos preguntando qué hacer con respecto a una cosa específica, lo que significa que estructuramos cuál es el problema y luego le pedimos Su ayuda para resolverlo -- y nos enojamos cuando Él no lo resuelve para nosotros.
Nosotros somos los que tenemos que aprender que no entendemos nada. Eso es lo que estos párrafos han estado diciendo. No entendemos absolutamente nada. Especialmente no entendemos cuáles son los problemas, porque pensamos que todos los problemas tienen que ver con el cuerpo. Creemos que los problemas tienen que ver con la gente que no tiene hogar, o la gente que tiene SIDA, o la gente que es adicta, o la gente que hace la guerra en otros países. Creemos que sabemos cuáles son los problemas. Ninguno de estos es el problema. Creemos que el problema es el presupuesto y la escasez en el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Ese no es el problema. El problema es la escasez que se encuentra en nuestras mentes. Siempre estamos pidiendo al Espíritu Santo que nos ayude con los problemas del mundo.
"Tú eres el estudiante; Él, el Maestro" significa que no debemos presumir de saber o entender lo que hay que hacer. Lo que queremos aprender de Él es reconocer dónde está realmente el problema: en la mente. Queremos entender que la unión no es de un cuerpo con otro; la unión es con Él.
(Párrafo 5 - Frase 7) «No confundas tu papel con el Suyo, pues eso nunca le brindará paz a nadie.»
Este es también un tema importante que aparece más adelante en el texto, en la sección llamada "La pequeña dosis de buena voluntad" (T-18.IV). Siempre estamos confundiendo nuestro papel con el Suyo. Alguien que es un bien-hechor es alguien que está usurpando el papel de Dios.
Todo el mundo hace esto -- padres, maestros, amigos -- todos lo hacemos. Todos confundimos nuestro papel. De hecho, ese es uno de los temas importantes en el anexo de Psicoterapia, que dice que hay un error básico que el terapeuta avanzado nunca comete -- nunca confunde su papel con el de Dios. Sentir que tenemos una respuesta que alguien más no tiene es de lo que se está hablando.
Esto no se refiere al nivel de la forma. Si soy profesor en una escuela, y estoy enseñando a los niños a leer y escribir y a entender las cosas, obviamente tengo muchas respuestas que ellos no tienen en el nivel de la forma. Eso no es de lo que se está hablando. Yo «no» tengo la respuesta a la paz de Dios. Esto no significa que un terapeuta no aconseje a un paciente o ayude a una persona con la experiencia que el terapeuta tiene y de la que el paciente carece. Significa que el terapeuta no hace que esa diferencia sea un gran problema. Si yo sé cómo arreglar algo o tengo una pieza de información que tú no tienes, significa que no dejo que la información o el conocimiento del que careces no tienen haga ninguna diferencia en términos de que ambos seamos uno en Dios. El hecho de que yo tenga la información de la que careces no justifica un juicio en tu contra que me haga creer que estamos separados porque yo soy mejor.
Cuando Jesús dice: "No confundas tu papel con el suyo [el del Espíritu Santo]", se refiere a que no presumamos que sabemos cuál es el problema y, por tanto, que sabemos cuál es la solución. Nuestro trabajo no es resolver problemas. Nuestra responsabilidad es simplemente traerle todos los problemas aparentes. Nuestra responsabilidad es simplemente deshacer nuestra creencia de que tenemos razón y que Dios está equivocado. Este no es un curso acerca de hacer -- es un curso acerca «deshacer». Es un curso acerca de mirar el sistema de pensamiento del ego y decir: "Cometí un error". En esa importante línea Jesús pregunta: "¿Preferirías tener razón a ser feliz?" (T-29.VII.1:9). Todos queremos tener razón, porque eso es lo que prueba que teníamos razón al principio cuando elegimos el ego sobre el Espíritu Santo.
Cuando sentimos que tenemos razón al entender el problema de una persona, o un problema social que necesita una solución, entonces sabemos que estamos equivocados. Ahora, podemos tener una cierta idea sobre el problema, pero cuando nos involucramos en la idea y nos identificamos con el pensamiento, por ejemplo, de que nosotros sabemos lo que está mal y esa gente estúpida en Washington no sabe lo que está mal, entonces nos damos cuenta de que estamos en la separación, la diferencia, el juicio y el ataque. En ese punto, todo el mundo está equivocado.
Ahora bien, esto no significa que sea indiferente a la difícil situación de los demás, aunque depende de lo que yo entienda por "indiferencia". Con la indiferencia del ego, que es realmente una forma sutil de ataque, le doy la espalda a tu sufrimiento. Y si soy estudiante de Un Curso de Milagros, podría usar el Curso para justificar eso. En contraste, la indiferencia de la que el Curso hablaría de manera positiva es indiferencia hacia cualquier «forma» específica de sufrimiento, pero no indiferencia en el nivel del «contenido», porque soy consciente de que el sufrimiento en el nivel de la forma no es el problema. El sufrimiento en el nivel del contenido es que estás sufriendo porque crees que estás separado de Dios. Yo estoy sufriendo del mismo problema. Al ministrarte a nivel de la forma y unirme a ti, lo que realmente estoy haciendo, si estoy haciendo esto bien, es unirme a mí mismo. La indiferencia del Espíritu Santo es indiferencia a la «forma» pero no al «contenido». El ego es realmente indiferente a ambos. Hacer bien el Curso, como veremos mientras continuamos, no significa que le dé la espalda al sufrimiento de la gente, o que no haga algo por las personas sin hogar o con SIDA o los adictos, o los gatos enfermos, o lo que sea. No significa que dé la espalda en absoluto. Significa que puedo estar más plenamente presente para ti, porque soy indiferente a la «forma» de sufrimiento. Me doy cuenta de que la forma es simplemente una tapadera para el contenido subyacente que todo el mundo comparte. Debido a que todos compartimos el mismo contenido, no es posible separar un grupo de otro.
A menudo en estos días (año 1990), las personas con SIDA se han convertido en los santos para muchos grupos de la Nueva Era, e incluso para las personas involucradas en el Curso. Estas son las personas, se dice, que dan a todo el mundo una maravillosa oportunidad de aprender que no somos víctimas, ya que «ellos» aprenden que «ellos» no lo son. Pero es como si hubiera algo casi especial en ellos. De manera similar, hace muchos años, cuando R. D. Laing hizo su trabajo con los esquizofrénicos, se convirtió en una tentación para la gente pensar que los esquizofrénicos eran los santos porque estaban más cerca de lo que era verdad. ¡Eso es absurdo! La idea es que formes grupos especiales, por lo que ahora las personas con SIDA son las favoritas de todos. La idea parece ser que realmente vamos a avanzar espiritualmente porque vamos a dar nuestras vidas a los que tienen SIDA. No hay nada de malo en ello, pero ¿qué hay de la gente que se ha golpeado los dedos de los pies o tienen uñas encarnadas? Ellos también creen que son cuerpos. Si mi mente está curada, soy indiferente a las «formas» que adopta el sufrimiento, porque me doy cuenta del «contenido» subyacente -- sólo el hecho de estar en este mundo es sufrimiento.
(Párrafo 5 - Frases 8-9) «Ofrécele [al Espíritu Santo] tu capacidad de sentir empatía, pues lo que deseas compartir es «Su» percepción y «Su» fortaleza. Y permite que Él te ofrezca Su fortaleza y Su percepción, para que puedan ser compartidas a través de ti.»
No queremos la percepción del ego, la percepción de la debilidad, de la gente con dolor y en problemas; más bien, queremos la percepción del Espíritu Santo, Su Amor y Su fortaleza. Primero quiero compartir mi percepción con Él, así que me uno a Él, y luego, inevitable y automáticamente, esa unión con el Amor y la fortaleza del Espíritu Santo en mi mente se extenderá a todos los demás.
El Curso explica que una característica fundamental de la mente es que todo lo que está dentro de ella debe ser proyectado hacia afuera. Si me uno al ego, me uno a la separación, a la pequeñez, a la debilidad y a la culpa. Entonces deben ser proyectados hacia afuera, dando lugar a un mundo de pequeñez, debilidad y culpabilidad. Si me uno al Amor del Espíritu Santo o de Jesús en mi mente, entonces ese amor se extenderá automáticamente a través de mi mente.
La proyección y la extensión son exactamente la misma dinámica. La diferencia es que la proyección comienza con la culpa y la extensión comienza con el amor. Pero el proceso es el mismo. Miro hacia adentro y lo que veo adentro es lo que experimentaré afuera. Si miro hacia adentro y veo culpa, separación y debilidad, eso es lo que experimentaré afuera. Si miro hacia adentro y veo el amor, la paz y la fortaleza de Cristo, eso es lo que experimentaré afuera."
~ "Extractos del taller realizado en la Fundación Para Un Curso de Milagros, Temecula CA, Kenneth Wapnick, Ph.D."