Lección 34

PODRÍA VER PAZ EN LUGAR DE ESTO.
(Lección 34)
📘(1:1-3) «La idea de hoy comienza a describir las condiciones que prevalecen en la otra manera de ver. La paz mental es claramente una cuestión interna. Tiene que empezar con tus propios pensamientos, y luego extenderse hacia afuera.»
La paz mental es una "cuestión interna". El problema es que la mayoría de las veces pensamos que es el resultado de que el mundo externo satisfaga nuestras necesidades. Sin embargo, Jesús enseña que la paz no tiene nada que ver con lo externo. Las implicaciones de este hecho, una vez más, «deben» provocar ansiedad, porque nos está informando de que nada de lo que está afuera puede hacernos daño o darnos paz - el mundo externo no nos amenaza, ni nos victimiza ni nos complace - «¡No hay nada fuera de nosotros!» El desafío radica en permitirnos ser cada vez más conscientes de esto sin caer en la negación. Lo que ayuda a «no» caer en esta trampa del ego es reconocer que las implicaciones prácticas de este pensamiento son que a pesar de que podemos experimentar la ansiedad que atribuimos a causas externas, todavía podemos acudir adentro al Maestro de la verdad, Quien nos recuerda gentilmente que la paz es una elección que «nosotros» podemos hacer (y por lo tanto experimentar), independientemente de las circunstancias externas. Recuerdo que cuando hice esta lección, yo sustituí «Jesús» por «paz». En otras palabras, cada vez que estaba tentado a hacer real algún aspecto del error, siempre podría elegir a Jesús como mi maestro y recordar sonreír a la tontería de creer que podría haber cualquier cosa en mi mente que no fuera su amor.
📘(1:4) «Es de tu paz mental de donde nace una percepción pacífica del mundo.»
Esto es todo lo que es importante, y es la meta hacia la cual nos dirige Un Curso de Milagros: que podamos percibir el mundo de manera pacífica. Jesús no está abogando por paz en el mundo, porque no existe un mundo objetivo fuera de nuestras mentes. El pedir por una paz externa equivale a primero haber hecho real el conflicto - «ahí» afuera. Nuevamente, no existe un mundo aparte de la forma en la que lo percibimos. Lo que me importa como estudiante de este curso es corregir la forma en que percibo, lo cual puedo hacer corrigiendo la forma en que pienso. Esto se logra corrigiendo mi elección errónea de maestros - siempre el punto fundamental. Por lo tanto, en esta lección, en lugar de decir "Podría ver paz en lugar de esto", podría decir, como dije anteriormente, "Podría ver a Jesús en lugar de esto". Eso destacaría aún más la naturaleza personal de su enseñanza.
📘(2) «Para los ejercicios de hoy se requieren tres sesiones de práctica largas. Se aconseja que lleves a cabo una por la mañana y otra por la noche, con una tercera adicional a intercalarse entremedias en el momento que parezca más conducente a ello. Todas las sesiones deben hacerse con los ojos cerrados. Es a tu mundo interno al que deben dirigirse las aplicaciones de la idea de hoy.»
Por lo tanto, se nos insta a practicar con los ojos cerrados, ya que Jesús enfoca la atención en nuestros pensamientos, la «cuestión interna» de estar en paz. Este es el requisito previo para lo que sigue: enfatizar este proceso de buscar en tu mente, un tema, como hemos dicho, que es fundamental para Un Curso de Milagros. A medida que avanzas con este material, el nivel de miedo puede llegar a un nivel tan alto que te verías tentado a encubrir nuevamente tus pensamientos de ego y pensar que no tienes que lidiar con ellos, inclusive puedes llegar a usar la metafísica del Curso de Milagros de manera inapropiada, podrías decir: “bueno, yo no tengo que lidiar con esto, después de todo yo soy el santo Hijo de Dios, la inocencia vive en mí; es más, ni siquiera incluso estoy aquí.” y te justificas a ti mismo en esta maniobra diciendo que no quieres hacer el error real. Al igual que en muchos otros lugares, Jesús nos insta aquí a buscar los pensamientos del ego en nuestras mentes. Si crees que no tienes ninguno, Un Curso de Milagros es perfecto para ti, ya que te enseña que «sí tienes» estos pensamientos. De hecho, no podrías estar aquí si no los tuvieras. La idea es ponerse en contacto con tus pensamientos de ataque, ya sean aquellos dirigidos contra ti mismo o contra otros, como vemos ahora:
📘(3:1-2) «Para cada una de estas sesiones largas se requieren alrededor de cinco minutos de búsqueda mental. Escudriña tu mente en busca de pensamientos de temor, situaciones que provoquen ansiedad, personas o acontecimientos "ofensivos", o cualquier otra cosa sobre la que estés abrigando pensamientos no amorosos.»
No tienes que escarbar demasiado bajo la superficie antes de enfrentarte a uno de estos pensamientos. Es esencial buscarlos cuando haces estas lecciones. Si no eres consciente de ellos, la idea de "ver paz en lugar de esto" no tiene sentido. ¿Podría ver paz en lugar de «qué»? Si mi mente está llena solo de pensamientos amorosos, ciertamente no necesito esta lección. Por lo tanto, la lección tiene un significado particular cuando te permites ponerte en contacto con los pensamientos «no amorosos», que provienen de tu maestro «no amoroso». En este punto, tiene sentido decir: "Podría ver paz [o a Jesús] en lugar de esto". Aquí vemos reflejado el énfasis primordial de Jesús en su curso de mirar la oscuridad y traerla a la luz. Para citar solo un pasaje representativo, la primera de muchas de estas citas en esta serie:
“Tu tarea no es ir en busca del amor, sino simplemente buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has levantado contra él. No es necesario que busques lo que es verdad, pero sí es necesario que busques todo lo que es falso.” (T-16.IV.6:1-2)
📘(3:3) «A medida que cada uno de estos pensamientos surja en tu mente, obsérvalo relajadamente, repitiendo la idea de hoy muy despacio, y luego haz lo mismo con el siguiente.»
Para reafirmar este punto, no puedes dejar ir un pensamiento si no eres consciente de que lo tienes. Además, no puedes dejarlo ir a menos que hayas elegido a Jesús o al Espíritu Santo como tu Maestro. Si no lo has hecho, no estás eligiendo dejando ir los pensamientos. Elegir contra Ellos significa elegir «en favor» del ego, lo que significa elegir la separación, sin mencionar la culpa, el miedo y la ansiedad que son inevitables una vez que has elegido erróneamente. "Obsérvalo relajadamente" significa no hacer una gran cosa acerca de ellos, que es el significado de mirar a tu ego con Jesús. «No» mirar refleja ya haberlos convertido en un gran problema, ya que si no los hubiéramos tomado tan en serio, no habríamos investido estos pensamientos con la culpa que nos impide mirar.
La amabilidad de Jesús es evidente en este siguiente párrafo, incluso cuando nos exhorta a continuar nuestra práctica ante la ansiedad y la resistencia:
📘(4) «Si comienza a resultarte difícil pensar en temas específicos, continúa repitiendo la idea para tus adentros sin prisas y sin aplicarla a nada en particular. Asegúrate, no obstante, de no excluir nada específicamente.»
Ser lento, paciente, constante y amable son los atributos que necesitas para ganar esta carrera. En los párrafos 5 y 6, Jesús nuevamente vuelve a hacer el punto de que apliquemos la lección cada vez estemos alterados o no estemos en paz, enfatizando la necesidad de permitirnos estar en contacto con estos pensamientos:
📘(5-6) «Las aplicaciones cortas deben ser frecuentes, y hacerse siempre que sientas que de alguna forma tu paz mental se está viendo amenazada. El propósito de esto es protegerte de la tentación a lo largo del día. Si se presentase alguna forma específica de tentación en tu conciencia, el ejercicio deberá hacerse de esta forma:
Podría ver paz en esta situación en lugar de lo que ahora veo en ella.
Si los ataques a tu paz mental se manifiestan en forma de emociones adversas más generalizadas, tales como depresión, ansiedad o preocupación, usa la idea en su forma original. Si ves que necesitas aplicar la idea de hoy más de una vez para que te ayude a cambiar de parecer con respecto a alguna situación determinada, trata de dedicar varios minutos a repetirla hasta que sientas una sensación de alivio. Te ayudará si te dices a ti mismo lo siguiente:
Puedo substituir mis sentimientos de depresión, ansiedad o preocupación [o mis pensamientos acerca de esta situación, persona o acontecimiento] por paz. »
Por lo tanto, para volver a enfatizar este punto esencial, esta lección -de hecho, todas las lecciones - no tendrán ningún significado para ti, y no te servirán de nada a menos que primero admitas que tienes estos pensamientos y sentimientos de depresión, ansiedad, preocupación, ataque, etc. No es que sea malo tenerlos; tú estás aquí porque «los tienes». Así, Jesús nos dice en el texto, en el contexto de nuestra pequeña dosis de buena voluntad al elegir el instante santo:
“Concéntrate sólo en ella [tu pequeña dosis de buena voluntad] y no dejes que el hecho de que esté rodeada de sombras te perturbe. Ésa es la razón por la que viniste. Si hubieses podido venir sin ellas no tendrías necesidad del instante santo.” (T-18.IV.2:4-6)
Lo que es "malo", por lo tanto, es pretender que no los tienes, porque entonces Jesús no te servirá de nada «ni te podrá» ayudar. Debes traerle los pensamientos a él. Esa es «nuestra» función, como nos recuerda en el texto:
“Tal vez te preguntes por qué es tan crucial que observes tu odio y te des cuenta de su magnitud. Puede que también pienses que al Espíritu Santo le sería muy fácil mostrártelo y desvanecerlo sin que tú tuvieses necesidad de traerlo a la conciencia.” (T-13.III.1:1-2)
Así que es debido a esta necesidad de que tengamos que traer a nuestra conciencia todos estos pensamientos cargados de odio que requerimos las "aplicaciones frecuentes" que recomienda Jesús. La disciplina y la vigilancia son necesarias si queremos atrapar estos pensamientos tenebrosos y traérselos a su perdón y su luz sanadora.
Estas próximas lecciones comienzan a mostrarnos las cosas maravillosas que se encuentran «más allá» de nuestros pensamientos de ego: el «otro» aspecto cuando pedimos ayuda para elegir "otra manera de ver el mundo". Puedes recordar mi afirmación de que uno de los propósitos del libro de ejercicios fue ayudarnos a reconocer que tenemos una mente dividida: el estado de «mentalidad-errada» del ego y el hogar de «mentalidad-correcta» del Espíritu Santo. Sólo a través de dicho reconocimiento podemos usar de manera significativa la parte «tomadora de decisiones» de nuestras mentes para finalmente hacer la elección correcta."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martinez.