Lección 59

Lección 59
Repaso I
«Estas son las ideas a repasar hoy:»
"En la Lección 59 nuevamente encontramos el tema de quiénes somos como el Hijo de Dios, y los maravillosos y asombrosos efectos de llegar a comprender y aceptar su verdad.
📘(1:1) (41) «Dios va conmigo dondequiera que yo voy.»
🔸️(1:2-7) «¿Cómo puedo estar solo cuando Dios está siempre conmigo? ¿Cómo puedo dudar o sentirme inseguro cuando en Él mora la perfecta certeza? ¿Cómo puede haber algo que me pueda perturbar cuando Él mora en mí en paz absoluta? ¿Cómo puedo sufrir cuando el amor y la dicha me rodean por mediación Suya? No he de abrigar ninguna ilusión con respecto a mí mismo. Soy perfecto porque Dios va conmigo dondequiera que yo voy.»
No es que Dios camine literalmente con nosotros. Más bien, Jesús enseña que Dios está con nosotros porque Su Amor se encuentra en nuestras mentes, que es donde estamos. Es este Amor - nuestro Ser - lo que es la base para deshacer el pensamiento de separación: el hogar de todas las ilusiones de sufrimiento y dolor.
Todo lo que se necesita para que este Amor vuelva a la conciencia es recurrir al poder de nuestras mentes para elegir, uno de los temas más importantes de Un Curso de Milagros, al que ahora nos dirigimos:
📘(2:1-2) (42) «Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo.»
🔸️(2:3-6) «Hoy no recurriré a mis propios ojos para ver. Quiero estar dispuesto a dejar de lado la lamentable ilusión de que puedo ver, e intercambiarla por la visión que Dios me da. La visión de Cristo es Su regalo y Él me lo ha dado. Hoy me valdré de este regalo de tal forma que este día me ayude a comprender la eternidad.»
Siempre tenemos una elección sobre el sistema de pensamiento con el que nos identificamos, lo cual es posible una vez que recordamos que nuestros sentimientos de mal-estar y perturbación emanan de la elección errónea de la mente y de ninguna otra parte. Así intercambiamos las percepciones erróneas del ego por la visión de Cristo, la exclusión por la unidad, la separación por el perdón y el tiempo por la eternidad.
📘(3:1-2) (43) «Dios es mi Fuente. No puedo ver separado de Él.»
🔸️(3:3-7) «Puedo ver lo que Dios quiere que vea. No puedo ver nada más. Más allá de Su Voluntad sólo hay ilusiones. Son éstas las que elijo cuando pienso que puedo ver separado de Él. Son éstas las que elijo cuando trato de ver con los ojos del cuerpo.»
Una vez más, todas las percepciones erróneas provienen de la creencia ilusoria de que podemos estar separados de Dios; la Idea de que el Hijo de Dios, que somos nosotros, puede abandonar su Fuente. Así, nuestro pensamiento de separación da lugar a un mundo de separación, que creemos que está ahí porque creemos que lo vemos. Los ojos del cuerpo ahora han reemplazado a la visión, una sustitución que permanece en su lugar hasta que cambiamos de mentalidad.
🔸️(3:8-9) «No obstante, se me ha dado la visión de Cristo para reemplazarlos. A través de esta visión es como elijo ver.»
Un Curso de Milagros tiene como propósito el cambio de mentalidad que permite que la «visión» reemplace a la «manera de ver» del ego. Esta visión no puede venir a menos que tomemos una decisión que diga: He estado pensando y percibiendo erróneamente. Sé que hay otra manera, porque tiene que haber otra manera de sentir. No me encuentro feliz, y deseo estar en paz. Por lo tanto, dejo de lado mi inversión en tener la razón. De este modo, nuestro deseo de verdadera paz y felicidad se convierte en la motivación para elegir la visión que reemplaza las ilusiones.
📘(4:1) (44) «Dios es la luz en la que veo.»
🔸️(4:2-4) «No puedo ver en la obscuridad. Dios es la única luz. Por lo tanto, si he de ver, tiene que ser por medio de Él.»
Como el texto nos recuerda: “Puedes elegir la visión [o la luz] o juzgar [la oscuridad], pero nunca ambas cosas.” (T-20.V.4: 7). Elegimos uno o el otro, y en nuestra elección de mentalidad correcta todo el mundo queda libre.
🔸️(4:5-7) «He tratado de definir lo que es ver y me he equivocado. Ahora se me concede poder entender que Dios es la luz en la que veo. Le daré la bienvenida a la visión y al mundo feliz que me mostrará.»
Tengo que darme cuenta de que he estado equivocado acerca de todo lo que veo y de todo lo que creo que entiendo. Muy frecuentemente Jesús nos recuerda este hecho feliz; y es feliz, de hecho, cuando no nos encontramos identificados con la obstinada insistencia del ego de que él tiene razón y de que Dios está equivocado. Esta feliz aceptación de la verdad es el lugar de nacimiento de nuestra humildad, que lleva a la visión de Cristo que bendice al mundo junto conmigo.
La lección cierra con un regreso al pensamiento de Unicidad, el cual deshace el mundo porque deshace la mente separada:
📘(5:1) (45) «Dios es la Mente con la que pienso.»
🔸️(5:2-4) «No tengo pensamientos que no comparta con Dios. No tengo pensamientos aparte de los Suyos porque no tengo otra mente que la Suya. Puesto que soy parte de Su Mente mis pensamientos son Suyos, y Sus Pensamientos son míos.»
Recuerda, el sistema del ego nace de la idea de que nuestros pensamientos nos pertenecen y que los pensamientos de Dios son Suyos, y que estos dos tipos de pensamientos jamás podrán encontrarse en una sola mente. No solo eso, le decimos a Dios lo que son Sus pensamientos. Esta arrogancia demente forma la base de la segunda ley del caos (T-23.II.4-6), donde Dios se vuelve tan demente como nosotros:
“En ninguna otra parte es más evidente la arrogancia en la que se basan las leyes del caos que como sale a relucir aquí. He aquí el principio que pretende definir lo que debe ser el Creador de la realidad; lo que debe pensar y lo que debe creer; y, creyéndolo, cómo debe responder. Ni siquiera se considera necesario preguntarle si eso que se ha decretado que son Sus creencias es verdad. Su Hijo le puede decir lo que ésta es, y la única alternativa que le queda es aceptar la palabra de Su Hijo o estar equivocado.” (T-23.II.6:1-4)
La demencia de tal creencia se corrige fácilmente una vez que reconocemos su completa locura. Las nubes de la separación se dispersan rápidamente en este regreso a la cordura, y nos regocijamos en la Unicidad del Amor que nunca ha cambiado y que permanece como el Pensamiento de nuestro Ser, en unidad con la Filiación y con la Mente de Dios."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martinez.