Lección 48

NO HAY NADA QUE TEMER. (Lección 48)
"La lección 48 es muy bonita, breve y dulce: "No hay nada que temer". Si Dios es la fortaleza en la que confiamos, nada en este mundo nos puede hacer temer. La base del miedo es el principio de que la culpa exige castigo. Si tengo miedo, es debido a primero me he juzgado como culpable y débil. Si elijo a Jesús como la fuente de mi fortaleza, no me encuentro débil o separado, y por lo tanto no puedo ser culpable. Si no soy culpable, no puede haber ninguna creencia proyectada de que seré castigado. Sin tal creencia, no puede haber miedo. De nuevo, es el mismo proceso, todo el tiempo. Si quiero vivir sin miedo, debo vivir sin culpa. Si quiero vivir sin culpa, necesito que Jesús me ayude a mirarla.
📘(1) «La idea de hoy afirma simplemente un hecho. No es un hecho para los que creen en ilusiones, mas las ilusiones no son hechos. En realidad no hay nada que temer. Esto es algo muy fácil de reconocer. Pero a los que quieren que las ilusiones sean verdad les es muy difícil reconocerlo.»
Como dice el texto, el único hecho es Dios: “Dios no es algo simbólico; Dios es un Hecho.” (T-3.I.8:2). El "hecho" de que "No hay nada que temer" es realmente un reflejo de la realidad de Dios. El estado de la ausencia de miedo corrige el pensamiento fundamental del ego de que el miedo es un castigo por nuestro pecado. Es este miedo ilusorio lo que tienes que mirar. Tú deseas que las ilusiones sean verdad porque «tú» eres una ilusión y deseas que «tú», tu identidad individual, sea verdad. Lo que dificulta tener un día libre de ansiedad es que no deseas que la lección de hoy sea cierta. Ya que si esta lección fuese verdad el «tú» que tú crees ser no lo sería.
📘(2) «Las sesiones de práctica de hoy serán muy cortas, muy simples y muy frecuentes. Repite sencillamente la idea tan a menudo como puedas. Puedes hacerlo con los ojos abiertos en cualquier momento o situación. Recomendamos enérgicamente, no obstante, que siempre que puedas cierres los ojos durante aproximadamente un minuto y repitas la idea lentamente para tus adentros varias veces. Es especialmente importante también que la uses de inmediato si observas que algo perturba tu paz mental.»
Podemos ver una y otra vez, en casi todas las lecciones, que Jesús nos está diciendo que practiquemos este pensamiento en nuestra vida cotidiana y que le llevemos nuestras preocupaciones. En el ejercicio de este día, nos pide que apliquemos el pensamiento a lo largo del día, «tan a menudo como sea posible». Además, nos exhorta una vez más - "Es especialmente importante" - a pensar en la idea cada vez que estemos perturbados; en otras palabras, que traigamos la oscuridad de nuestro malestar a la luz de su pensamiento de amor, un pensamiento que por su misma presencia disipa la oscuridad del miedo.
📘(3) «La presencia del miedo es señal inequívoca de que estás confiando en tu propia fortaleza. La conciencia de que no hay nada que temer indica que en algún lugar de tu mente, aunque no necesariamente en un lugar que puedas reconocer, has recordado a Dios y has dejado que Su fortaleza ocupe el lugar de tu debilidad. En el instante en que estés dispuesto a hacer eso, ciertamente no habrá nada que temer.»
Cuando nos demos cuenta de que el miedo se ha presentado en cualquiera de las formas que toma - y a veces puede que ni siquiera sea miedo; puede ser ira, depresión o tristeza - es porque nuevamente hemos elegido el ego; diciéndole a Jesús o al Espíritu Santo que se aparten de nuestra mente. Esta decisión de mentalidad errada es el problema, y aceptar la Corrección es la solución. Esta simplicidad de Un Curso de Milagros - un sólo problema, una sola solución (W-pI.79-80) - es lo que lo convierte en una herramienta espiritual tan poderosa y efectiva."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martinez