Lección 42

«DIOS ES MI FORTALEZA. LA VISIÓN ES SU REGALO.» (Lección 42)
📘(1:1-2) «La idea de hoy combina dos pensamientos muy poderosos, ambos de gran importancia. Plantea también una relación de causa y efecto que explica por qué tus esfuerzos por alcanzar la meta del curso no pueden ser en vano.»
"La "relación de causa y efecto" es que si sé que Dios "camina conmigo" y que Él es mi fortaleza, percibiré automáticamente a través de los ojos de Su Amor y Santidad. La visión de Cristo proviene del pensamiento de que soy santo y parte de Dios. Cuando miro hacia fuera, lo cual, como hemos aprendido, no tiene nada que ver con nuestros ojos físicos, todo lo que veré son figuras en un sueño, ya sea expresando amor y tratando de regresar a casa, o aún demasiado temerosos del amor e intentando atacarlo . En otras palabras, la «causa» es recordar Quién soy y el «efecto» es la visión que ve a todas las personas como parte de la única Filiación, independientemente de sus formas dispares.
📘(1:3-5) «Verás, porque ésa es la Voluntad de Dios. Es Su fortaleza, no la tuya, la que te da poder. Y es Su regalo, no el tuyo, el que te ofrece visión.»
Jesús nos está instando a que confiemos en lo que nos dice de que no podemos fracasar. La fuerza que pueden tener las ilusiones del ego no tienen poder sobre la Fuente real de la fortaleza dentro de nosotros. Jesús ahora expone las maravillosas consecuencias de este hecho feliz:
📘(2:1-2) «Dios es ciertamente tu fortaleza, y lo que Él da, es verdaderamente dado. Esto quiere decir que lo puedes recibir en cualquier momento o lugar, donde quiera que estés y en cualquier circunstancia en la que te encuentres.»
Dado que la mente, el hogar de la fortaleza de Dios, está más allá del tiempo (y del espacio), «siempre» está disponible para nosotros. Simplemente espera nuestra aceptación. Es por eso que Jesús nos dice en el texto, ya citado, que no tenemos que hacer nada (T-18.VII). No tenemos que hacer nada «excepto» aceptar lo que ya se encuentra ahí. Por lo tanto, nuestra necesidad es aprender a deshacer lo que el ego nos ha enseñado, liberando la fortaleza de Dios para que pueda nuevamente ser nuestra. Dado que este es un proceso que ocurre en nuestras «mentes», las cuales están totalmente bajo nuestro control, esta aceptación gozosa puede ocurrir en cualquier lugar, en cualquier momento, independientemente de las circunstancias externas.
La discusión siguiente se mueve más específicamente al tema del tiempo, que examinaremos mucho más cuidadosamente más adelante. Por ahora solo haré unos breves comentarios:
📘(2:3-6) «Tu paso por el tiempo y por el espacio no es al azar. No puedes sino estar en el lugar perfecto, en el momento perfecto. Tal es la fortaleza de Dios. Tales Sus dones.»
Jesús está diciendo que nada es al azar porque es todo nuestro sueño. El ego elige nuestros guiones como una forma de mantenernos cada vez más alejados de la verdad. Cuando miramos estos guiones con Jesús, se convierten en aulas de aprendizaje. Pero nada es al azar. Yo - la mente de la cual mi identidad física actual no es más que un fragmento - he elegido mi vida y lo que ocurre en ella como una forma de reforzar mi individualidad y especialismo. Si miro cualquier aspecto de esta vida con Jesús y le pido ayuda, lo veo como un medio para aprender a perdonar, para que pueda volver a tener conciencia de mi verdadera Identidad. Por lo tanto, estoy "en el lugar perfecto y en el momento perfecto", ya que las lecciones de perdón «siempre» puedan aprenderse, independientemente de cuales sean las circunstancias externas.
Para las dos sesiones de práctica más largas de hoy, Jesús nos alienta a que nos enfoquemos en tener un momento de «quietud». Mirando a las instrucciones para estas lecciones en su conjunto, podemos ver cómo Jesús ha enfatizado diferentes aspectos de nuestra práctica en diferentes momentos; a veces se enfoca en la «forma» (lo externo), otras veces en el contenido (lo interno).
El punto aquí, por supuesto, es ayudarnos en nuestro propio nivel de aprendizaje, para que podamos llegar a comprender que «causa» y «efecto», «contenido» y «forma», «interno y «externo», no se encuentran nunca separados:
📘(3) «Hoy llevaremos a cabo dos sesiones de práctica de tres a cinco minutos cada una; una tan pronto como te despiertes, y la otra, lo más cerca posible de la hora de irte a dormir. Es mejor, no obstante, esperar hasta que puedas sentarte tranquilamente por tu cuenta en un momento en que te sientas listo, que preocuparte de la hora en sí.»
Jesús nos está destetando de nuestra dependencia de la «forma» en nuestra práctica como parte de su entrenamiento para que no seamos esclavos de los rituales. Anteriormente citamos la discusión en el manual para los maestros a este respecto, y aquí está el pasaje relevante:
“Hay algunas reglas generales a seguir, aunque cada cual debe usarlas a su manera como mejor pueda. Las rutinas, como tales, son peligrosas porque se pueden convertir fácilmente en dioses por derecho propio y amenazar los mismos objetivos para las que fueron establecidas...Este curso es siempre práctico...La cantidad de tiempo que dedique a ello no es lo más importante. Uno puede fácilmente pasarse una hora sentado inmóvil con los ojos cerrados y no lograr nada. O bien puede, con igual facilidad, dedicarle a Dios sólo un instante, y en ese instante unirse a Él completamente.” (M-16.2:4-5; 4:1,4-6)
Volveremos a este importante tema de la «calidad» de nuestro tiempo dedicado al Espíritu Santo, en lugar de su «cantidad».
El cuarto párrafo discute nuestros pensamientos personales "en relación con la idea del día".
📘(4) «Da comienzo a estas sesiones de práctica repitiendo la idea de hoy lentamente mientras miras a tu alrededor. Luego cierra los ojos y repite la idea otra vez, aún más despacio que antes. Después de eso, trata de no pensar en nada, excepto en los pensamientos que se te ocurran relacionados con la idea de hoy. Puedes pensar, por ejemplo:
La visión tiene que ser posible. Dios da verdaderamente,
o:
Los regalos que Dios me ha hecho tienen que ser míos porque Él me los dio.»
Una vez más, podemos observar el énfasis que hace Jesús en que llevemos «nuestros» pensamientos a los «suyos», y de este modo practiquemos llevarlos a la armonía de su visión de perdón y paz.
En el siguiente párrafo, Jesús retoma la práctica de la indagación mental de antes, pidiéndonos estar sosegados y permitiendo que sus pensamientos vengan a nosotros, en lugar de que seamos nosotros quienes vayamos en su búsqueda:
📘(5) «Cualquier pensamiento que esté claramente relacionado con la idea de hoy es adecuado. De hecho, tal vez te asombre la cantidad de entendimiento relacionado con el curso que algunos de tus pensamientos reflejan. Déjalos que te vengan sin censurarlos, a menos que notes que tu mente está simplemente divagando y que es obvio que has permitido que se infiltren pensamientos irrelevantes. Es posible también que llegue un punto en el que parece que no te van a venir más pensamientos a la mente. De ocurrir tales interferencias, abre los ojos y repite el pensamiento una vez más mientras miras lentamente a tu alrededor; después ciérralos, repite la idea otra vez, y continúa buscando en tu mente pensamientos afines.»
Sin embargo, si nada “viene”, nuestro amoroso maestro nos instruye en el siguiente párrafo para que seamos más activos nuevamente y busquemos los pensamientos. Pero no perdamos de vista que el objetivo aquí «no» es esta búsqueda, sino más bien soltar el control y permitir que Jesús se haga cargo y nos guíe, esto nos evoca por ejemplo esta declaración que se encuentra en el texto:
“Mi control puede hacerse cargo de todo lo que no es importante, mientras que, si así lo decides, mi asesoramiento puede dirigir todo lo que sí lo es...Éste [tu comportamiento] lo controlo yo automáticamente tan pronto como pongas tu pensamiento bajo mi dirección.” (T-2.VI.1:3; 2:9)
📘(6:1) «Recuerda, no obstante, que en conexión con los ejercicios de hoy no es apropiado que te esfuerces por encontrar pensamientos afines.»
Jesús está diciendo que no tienes que buscar a Dios. Una vez que hayas eliminado tus pensamientos negativos, el trabajo de las lecciones anteriores, la pizarra en blanco resultante permite que aparezcan los pensamientos amorosos. Por lo tanto:
📘(6:2-3) «Trata sencillamente de hacerte a un lado y dejar que te vengan a la mente por su cuenta. Si esto te resulta difícil, es mejor pasar la sesión de práctica alternando entre repeticiones lentas de la idea con los ojos abiertos y luego con los ojos cerrados, que esforzarte por encontrar pensamientos adecuados.»
Podría añadir que en realidad los pensamientos no vienen a nosotros; somos «nosotros los que vamos a ellos». Fue el tomador de decisiones de nuestra mente el que tomó la decisión de abandonar el pensamiento de Expiación en favor del pensamiento de separación, y por lo tanto, este tomador de decisiones es el que ahora debe tomar la decisión de volver a ese pensamiento, aunque en nuestra experiencia muy bien puede sentirse que los pensamientos que reflejan la Expiación son los que vienen a nosotros. Dicha experiencia está reflejada en esta lección, cuando vemos el énfasis que hace Jesús en la naturaleza amorosa y no coercitiva de todo este aprendizaje.
📘(7) «No hay límite en el número de sesiones de práctica cortas que podrían resultarte beneficiosas hoy. La idea de hoy es uno de los pasos iniciales en el proceso de unificar tus pensamientos y de enseñarte que estás estudiando un sistema de pensamiento unificado que no carece de nada que sea necesario, y en el que no se incluye nada contradictorio o irrelevante.»
Este es un punto que Jesús deja claro en muchos otros lugares también. Todo lo que necesitas se encuentra en este curso; no hay necesidad de buscar en otro lado. Una vez que decidas que Un Curso de Milagros es tu camino espiritual, hacer cualquier otra cosa simplemente te confundirá. Como Jesús le dijo específicamente a Helen, en palabras que podrían ser dichas para «todos» sus estudiantes:
“No aprovechas el curso si te empeñas en utilizar medios que le han resultado muy útiles a otros, y descuidas lo que se estableció para «ti».” (T-18.VII.6:5)
Un Curso de Milagros contiene todo lo que vas a necesitar para deshacer tu ego y, por lo tanto, todo lo que te ayudará a recordar quién eres. Insistir en "utilizar medios que le han resultado muy útiles a otros" es simplemente una defensa en contra de aceptar el mensaje de perdón del Curso como tu propio mensaje.
📘(8) «Cuanto más a menudo repitas la idea de hoy durante el transcurso del día, más a menudo estarás recordando que el objetivo del curso es importante para ti y que no lo has olvidado.»
Debes darse cuenta de que hay una parte de ti, independientemente de tu miedo, que sí desea aprender lo que este curso está enseñando y de que su objetivo es realmente importante para ti. Independientemente de todos los intentos de ocultar esta parte tuya con nubes de culpabilidad, ahí permanece el ser de mentalidad recta que recuerda tu objetivo: por encima de todo lo que tú quieres es regresar a tu hogar. Un Curso de Milagros, con Jesús como tu maestro, serán los medios que te ayudarán en última instancia a alcanzar ese objetivo."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martinez.