Lección 84

Lección 84
( Repaso II )
📘(1:1) (67) «El AMOR ME CREÓ A SEMEJANZA DE SÍ MISMO.»
Esta es una declaración de la Unicidad de Dios: nuestra Identidad como Cristo.
🔹️(1:2) «He sido creado a semejanza de mi Creador.»
Esto se toma del versículo bíblico que dice que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1: 26-27). Jesús usa esta idea, pero habla de un Creador totalmente diferente. Estoy hecho a la imagen y semejanza de mi Fuente porque Dios es espíritu puro, «como lo soy yo». Él carece de forma, es eterno e indiviso, «como lo soy yo». Por lo tanto:
🔹️(1:3-6) «No puedo sufrir, no puedo experimentar pérdidas y no puedo morir. No soy un cuerpo. Hoy quiero reconocer mi realidad. No adoraré ídolos ni exaltaré el concepto que he forjado de mí mismo para reemplazar a mi Ser.»
Claramente, Jesús no espera que vivamos esta verdad; aún no. Él nos dijo sólo un par de lecciones antes que no estamos en el punto en que podamos entender el perdón, y mucho menos lo que está más allá de eso. Esta, entonces, es otra de las charlas de ánimo de Jesús, en la que nos dice que en efecto tenemos el potencial en cualquier momento dado para elegir esta verdad por nuestra cuenta. Incluso si eligiéramos no hacer uso de ella, la verdad no está ausente. En realidad, no somos cuerpos sino espíritu, y por lo tanto no podemos sufrir pérdidas o morir. Este es el recuerdo de nuestro Ser que espera pacientemente en la parte superior de la escalera nuestro ascenso a través de las nubes de culpa y ataque. Como se nos dice una y otra vez, en diferentes formas:
“La paz es el patrimonio natural del espíritu. Todo el mundo es libre de rechazar su herencia, pero no de establecer lo que ésta es.” (T-3.VI.10:1-2)
Somos libres dentro del sueño de separación para creer lo que deseamos, pero estos deseos vanos de ídolos no tienen nada que ver con la Voluntad de Dios, que es lo único que es nuestra realidad y nuestro Ser.
🔹️(1:7-8) «He sido creado a semejanza de mi Creador. El Amor me creó a semejanza de Sí Mismo.»
Jesús regresa al tema de la lección y nos pide que regresemos también. Nos aceleramos en nuestro viaje por nuestra voluntad de dejar a un lado los sustitutos mezquinos del ego y aceptar la verdad sobre nosotros mismos: somos creados a imagen y semejanza de nuestro Creador y Fuente - el Amor Mismo.
Esto se reitera en las aplicaciones específicas:
🔹️(2:2-4) «No me dejes ver en esto una ilusión de mí mismo.
Mientras contemplo esto, quiero recordar a mi Creador.
Mi Creador no creó esto como yo lo estoy viendo.»
El "esto" es cualquier situación que nos hace creer que somos cuerpos vulnerables, reforzando la creencia de que no somos el glorioso Ser de espíritu que Dios creó. El punto de Jesús es que si nos vemos a nosotros mismos como lastimados o eufóricos por algo, es porque hemos elegido verlo de esa manera. Nada tiene el poder de hacernos sentir bien o mal, sino la elección de la mente en favor el ego, hecha porque lo valoramos sobre el Ser no-dualista creado por Dios. Jesús nos pide que queramos elegir de manera diferente; ver cada evento de nuestro día como una oportunidad para recordar a nuestro Creador. Esta elección se refleja en nuestro reconocimiento de que el Perfecto Amor no pudo haber creado la situación que experimentamos, por lo que no puede ser real. Y lo que no es real no puede tener poder sobre nosotros.
📘(3:1) (68) «EL AMOR NO ABRIGA RESENTIMIENTOS.»
Jesús regresa al importante tema de los resentimientos y pensamientos de ataque. Aquí está implícito que nuestros resentimientos no vienen de la nada; «nosotros los elegimos activamente» porque queremos responsabilizar a otro por la miseria que sentimos al estar separados del amor. En lugar de aceptar la responsabilidad por nuestro "pecado" y admitir el miedo que nos hizo separarnos, negamos el pecado, lo separamos de nosotros mismos y, a través de la proyección, abrigamos resentimientos contra alguien más - «cualquier» otra persona - acusando a esa persona de lo que secretamente creemos que hemos hecho. Todo esto se lleva a cabo para cumplir el propósito del ego de proteger su existencia negando la mente y volviéndonos carentes de ella, dejándonos “a merced de cosas que se encuentran más allá de nosotros, de fuerzas que no podemos controlar.” (T-19.IV- D.7: 4).
🔹️(3:2-5) «Los resentimientos son algo completamente ajeno al amor. Los resentimientos atacan al amor y obscurecen su luz. Si abrigo resentimientos estoy atacando al amor y, por ende, atacando mi Ser. De este modo, mi Ser se vuelve un extraño para mí.»
Ese es el propósito de los resentimientos. Quiero que mi Ser sea un extraño porque no hay individualidad en Cristo, y por eso los resentimientos representan la culminación de la estrategia del ego de mantener el recuerdo de Quién soy oculto de mí. Mi decisión en favor de la individualidad, mi culpa por esta decisión en favor del especialismo, mis proyecciones de ataque - constituyen todos las líneas de defensa del ego que mantienen alejado este recuerdo del amor. Es por eso que los eventos externos no pueden verse como oscureciendo la luz de mi Ser. Sin embargo, esto no me impide exclamar a Jesús:
“Por supuesto que no puedo pensar en cosas santas o recordar a Dios y a Cristo. ¡Mira lo que me ha pasado hoy! ¡Mira lo que esta terrible persona me dijo! ¡Mira la devastación que acaba de ocurrir! ¡Mira! ¡Mira! ¡Mira!"
Usamos estos relatos de victimización como excusas, que es la razón por la que los fabricamos en primer lugar - para tener la manera perfecta de justificar nuestros resentimientos, permitiéndonos así decir con toda la arrogancia que podamos reunir: "No es mi culpa. ¿Cómo puedo conocer el amor y recordar mi Ser? «Ellos» no me dejarán ".
De la misma manera que Jesús apeló a nosotros en el párrafo anterior, dice de nuevo:
🔹️(3:6) «Estoy decidido a no atacar a mi Ser hoy, de manera que pueda recordar Quién soy.»
Al darnos cuenta de lo que estamos haciendo y al ver el tremendo costo de aferrarnos a nuestros resentimientos, fortalecemos la determinación de no atacar al Ser que une los fragmentos aparentemente separados de la Filiación. Ahora deseamos recordar ese Ser y ya no valorar el propósito al que servían nuestros resentimientos.
Estas aplicaciones específicas son las que nos llevarán a casa a nuestro Ser:
🔹️(4:2-4) «Esto no justifica el que niegue mi Ser.
No me valdré de esto para atacar al amor.
No dejaré que esto me tiente a atacarme a mí mismo.»
Jesús, como siempre, apela al poder de nuestras mentes para hacer otra elección. Su apelación toma el auge de reconocer que no hay justificación para los pensamientos de ataque de ningún tipo. Recordar el cambio de propósito, del cual el Espíritu Santo es el recordatorio, nos permite liberar nuestros resentimientos. Así, el amor que hay debajo asciende en nuestra conciencia y nos brinda paz, el peldaño para recordar el Ser que habíamos negado."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martinez.