Lección 86

Lección 86
(Repaso II)
📘(1:1) (71) «SÓLO EL PLAN DE DIOS PARA LA SALVACIÓN TENDRÁ ÉXITO.»
Solo puede ser el plan de Dios para la salvación lo que tendrá éxito, porque ningún otro plan puede salvarnos. Todos los demás son externos y están diseñados para fallar, ya que cada uno distraería la atención de nuestras mentes: la fuente de nuestro problema y la Fuente de nuestra salvación.
🔹️(1:2-3) «Es inútil que ande buscando febrilmente la salvación por todas partes. La he visto en muchas personas y en muchas cosas, pero cada vez que traté de alcanzarla no estaba allí.»
Seguimos inútilmente el plan del ego de «busca, pero no halles», y dondequiera que buscamos la salvación nos decepcionamos. Los ídolos de la salvación - nuestras relaciones especiales - siempre fracasarán, ya que fueron creados para ese propósito, siendo los sustitutos de Aquello que es lo único que puede salvarnos. Incluso más al punto, los ídolos fueron hechos para mantenernos en un estado perpetuo de que no nos percibamos como una mente, asegurando que nunca ejerciéramos el poder de la mente para elegir de nuevo - la salvación en lugar de la esclavitud (“slavation” en el texto original).
🔹️(1:4-5) «Estaba equivocado con respecto a dónde se encuentra. Estaba equivocado con respecto a lo que es.»
La referencia es a las relaciones especiales, y el propósito de Jesús para nosotros es perdonar nuestras indulgencias especiales, mirar con él y darnos cuenta de nuestra locura buscando febrilmente por todas partes cosas que nos hagan felices. Por lo tanto, reconoceríamos la futilidad del especialismo como una forma de vida: «no funciona». La paz y el amor nunca vendrán cuando los busquemos fuera de nosotros mismos. Nota esta declaración resumida de "No busques fuera de ti mismo" sobre la desesperanza de perseguir los ídolos del especialismo, y la esperanza de buscar únicamente a Dios:
“Un ídolo no puede ocupar el lugar de Dios. Deja que Él te recuerde Su Amor por ti, y no trates de ahogar Su Voz con los cantos de profunda desesperación que les ofreces a los ídolos de ti mismo. No busques esperanzas más allá de tu Padre. Pues la esperanza de felicidad «no» es la desesperación.” (T-29.VII.10:4-7)
Cada vez que miramos sin juzgar nuestra búsqueda errónea de ídolos, somos libres para hacer otra elección - la salvación en lugar del especialismo.
🔹️(1:6-8) «Ya no emprenderé más búsquedas inútiles. Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito. Y me regocijaré porque Su plan jamás puede fallar.»
Finalmente, al llegar a nuestra cordura, nos comprometemos a no perder el tiempo buscando lo que nunca se puede encontrar, eligiendo solo seguir el camino del perdón, que es lo único que nos llevará a casa. En esa elección se encuentra nuestra salvación; en esa elección encontramos nuestra dicha. Vemos ahora la primera aplicación específica:
🔹️(2:2) «El plan de Dios para la salvación me librará de mi percepción de esto.»
Ten en cuenta que no vamos a ser salvados de "esto", sea lo que sea "esto". No tenemos que ser salvados de ninguna situación, sino de nuestra percepción de ella. El lenguaje es bastante específico e intencional: "El plan de Dios para la salvación me librará de mi percepción de esto". Cuando nos sentimos tentados a sentirnos molestos por algo, solo necesitamos darnos cuenta de que esta es nuestra percepción del problema. No es lo que percibimos lo que es el problema - algo afuera; es la forma en que lo vemos, lo que significa el maestro con quien estamos viendo: Jesús o el ego. Si estamos molestos, sabemos que hemos elegido al ego. El plan de Dios para la salvación requiere que cambiemos de mentalidad, o más al punto, cambiemos de maestro. Nuevamente, si no estamos contentos con cómo va algo, simplemente debemos darnos cuenta de que es porque elegimos la voz equivocada y su interpretación de la situación. Para reafirmar este punto: el plan de Dios para salvarnos es que elijamos un nuevo maestro.
Mirando la situación a través de Sus ojos, nos damos cuenta de que esta es una oportunidad para ver lo que está sucediendo dentro de nuestras mentes. Si no estuviéramos molestos por lo que parece ser externo, no tendríamos ninguna oportunidad de traerlo adentro y darnos cuenta de que era una proyección. Es por eso que nuestras relaciones especiales son nuestros salvadores. Nos ofrecen la posibilidad de reconsiderar nuestras percepciones erróneas. Una vez que nos damos cuenta de que el problema está dentro, somos libres para tomar otra decisión.
🔹️(2:3) «Esto no es una excepción al plan de Dios para la salvación.»
El principio del perdón siempre funciona: "No hay grados de dificultad en los milagros". No hay percepción de dificultad, dolor o incomodidad que no cambie cuando decidimos dejar de lado nuestros resentimientos y culpabilidad, y aceptas la Expiación para ti mismo. El plan de Dios para la salvación es simple. Es por eso que siempre funciona.
🔹️(2:4) «Quiero percibir esto únicamente a la luz del plan de Dios para la salvación.»
Por lo tanto, elegimos la visión de Cristo para reemplazar las percepciones erróneas del ego. Ten en cuenta el juego de palabras, donde "luz" tiene el «doble sentido de la perspectiva», así como la «luz» que elimina la oscuridad de nuestros resentimientos.
📘(3:1) (72) «ABRIGAR RESENTIMIENTOS ES UN ATAQUE CONTRA EL PLAN DE DIOS PARA LA SALVACIÓN.»
Jesús nos lleva un paso más allá, al introducir el elemento intencional de la ira: atacar directamente el plan de la Expiación, que redirige nuestro enfoque hacia adentro, donde el sistema de pensamiento del ego de culpa y ataque es deshecho.
🔹️(3:2-4) «Abrigar resentimientos es un intento de probar que el plan de Dios para la salvación fracasará. Sin embargo, sólo Su plan puede tener éxito. Al abrigar resentimientos, por lo tanto, estoy excluyendo de mi conciencia mi única esperanza de salvación.»
La única esperanza de salvación, una vez más, radica en que acepto la plena responsabilidad de la miseria que experimento, lo que refleja mi elección original de ser un individuo pecaminoso y culpable que merece miseria y castigo. Por lo tanto, en un intento demente de liberarme del dolor, elijo proyectar la culpa y atacarte por ello. Por lo tanto, puedo ser salvo volviendo a la parte tomadora de decisiones de mi mente y corrigiendo esta elección equivocada. Sin embargo, al estar enojado y justificar mis juicios, afirmo la realidad del cuerpo y el pecado - tuyos y míos. Además, creo conscientemente que el pecado no está en mí y que no hay ninguna mente - todo sucede solo en un mundo de cuerpos donde los resentimientos son reales y no son mi responsabilidad.
Al decirle a Jesús que hay algo mal porque no estoy en paz, le permito que me enseñe que lo que me molesta en ti es una parte separada de lo que me molesta en mí: mi culpa por separarme del Amor de Dios. Jesús me ayuda a darme cuenta de que estoy eligiendo entre la percepción errónea y la salvación cuando miro esto. Vengo a comprender que mi percepción es el efecto de mi elección: los resentimientos del ego o el milagro del Espíritu Santo. El primero me arraiga aún más en el mundo de la culpa y el ataque, mientras que el segundo me lleva a la mente, el hogar de la salvación.
🔹️(3:5-6) «Mas no quiero seguir yendo en contra de mis propios intereses de esta manera tan descabellada. Quiero aceptar el plan de Dios para la salvación y ser feliz.»
El dolor de mis decisiones equivocadas me impulsa finalmente a elegir contra la locura de creer que «yo» sé lo que es mejor para mí. Gozosamente exclamo: prefiero ser feliz a tener la razón (T-29.V11.1: 9), y estoy contento y agradecido de haber estado equivocado. (W-pI.184.15: 4).
En este espíritu de elegir la cordura porque quiero ser feliz, gustosamente practico estas aplicaciones específicas de la idea de hoy:
🔹️(4:2-4) «Según contemplo esto estoy eligiendo entre la percepción falsa y la salvación. Si veo motivos en esto para abrigar resentimientos, no veré motivos que justifiquen mi salvación. Esto es un llamamiento a la salvación, no al ataque.»
Estoy aprendiendo que todas las circunstancias de mi vida - pasadas, presentes y por venir - me ofrecen la oportunidad de elegir ver de otra manera. Mis problemas son «perceptuales», mis percepciones provienen del «pensamiento», y mi pensamiento se origina en la «decisión» de la mente en favor del ego o del Espíritu Santo. La elección de mentalidad correcta del perdón corrige el pensamiento del ego, lo que condujo a mis percepciones erróneas de resentimientos y ataques. Debido a que ahora elijo ser feliz, veo motivos para el perdón y la salvación en todo. Solo deseando permanecer en el dolor de mi culpa elegiría ver motivos para abrigar resentimientos. Sin embargo, como afortunadamente Jesús nos recuerda (por ejemplo, T-16.VI.8: 8), ya no estoy del todo loco y por eso hago un llamamiento a la salvación y no al ataque. Un último punto: la salvación no significa que yo te salve a ti, a la situación, ni a mí mismo. Salvo la situación en mi mente, «cambiando de mentalidad». Todas las situaciones requieren este cambio interno. Recuerda: "No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él." (T-21.in.1: 7). "
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martínez.