Lección 14

Dios no creó un mundo sin significado
   
L-pI.14.1 «La idea de hoy es obviamente la razón de que sea imposible que haya un mundo que no tenga significado. Lo que Dios no creó no existe. Y todo lo que existe, existe tal como Él lo creó. El mundo que ves no tiene nada que ver con la realidad. Es tu propia obra, y no existe.»

Los estudiantes de Un Curso de Milagros utilizan con frecuencia líneas como estas para diluir la metafísica y afirmar que el Curso «no» dice que Dios no creó el mundo. Más bien afirman que el Curso solo enseña que Dios no creó el mundo que «nosotros vemos». Es cierto que las palabras de algunas declaraciones dicen eso, pero solo porque Jesús nos está enseñando a prestar cuidadosa atención a lo que percibimos. Él deja muy claro tanto en el libro de ejercicios, así como en muchos otros lugares en el resto del material, que Dios no pudo haber creado el mundo porque es Su opuesto. (Ver, por ejemplo, T-4.I.11; T-29.VI.2: 7-10; W-pI.132.4-6; W-pI.152.5-7; C-4.1.) Todo en el mundo de los específicos y la forma cambia y muere. Tal mundo se encuentra fuera de Dios, y por lo tanto no podría existir.

El hecho mismo de que «percibamos» el mundo significa que es irreal, y que también que somos irreales. De nuevo, esto no significa sólo el mundo que vemos. Los estudiantes a veces piensan erróneamente que esto significa, por ejemplo, que Dios no creó el cáncer que estoy percibiendo. El hecho mismo de que vea un mundo en absoluto está diciendo que hay una realidad fuera de Dios; si percibo un mundo, debe haber un perceptor y un percibido, sujeto y objeto, observador y observado, lo que significa que estamos arraigados en la dualidad. Dios puede crear sólo como Él mismo, lo que significa un Ser o Espíritu de perfecta Unicidad y Amor, inmutable y eterno. En otras palabras, lo que Dios no creó no existe, y todo lo que existe, existe tal como Él lo creó - el estado del Cielo.

L-pI.14.2 «Los ejercicios de hoy deben practicarse con los ojos cerrados todo el tiempo. El período de búsqueda mental debe ser corto, a lo sumo un minuto. No lleves a cabo más de tres sesiones de práctica con la idea de hoy a menos que te sientas a gusto haciéndolas. De ser así, es porque realmente entiendes su propósito.»

Una vez más, Jesús no ejerce ninguna presión sobre nosotros. La cuarta oración es interesante, porque nuestra comodidad también puede deberse a que «no» entendemos, ya que tenemos tanto miedo de este propósito de volver a entrenar nuestras mentes, el cual surgirá a la superficie con estos períodos de búsqueda mental. En este caso, nuestra "comodidad" sería algo espurio, lo cual no es el punto de Jesús aquí.

L-pI.14.3:1 «La idea de hoy es un paso más en el proceso de aprender a abandonar los pensamientos que le has adscrito al mundo, y a ver en su lugar la Palabra de Dios.»

Jesús nos está ayudando a entender que hay una motivación específica involucrada en aferrarnos a nuestros pensamientos. No vienen y van como por arte de magia, una frase que se usa más adelante (WpI.158.4:1); no aparecen sin razón. Por ejemplo, cuando trato de estar sosegado para meditar y orar, y de repente surgen pensamientos extraños y molestos, no salen de la nada. Vienen porque tengo miedo del amor y la paz que surgen en mi mente si estoy aquietado. Por lo tanto, rápidamente debo sustituir «mis» pensamientos en lugar de los pensamientos de Jesús, mi experiencia de especialismo en lugar de la experiencia de su amor.

Lo que es importante y claramente implícito aquí es que hay una motivación específica para la forma en que percibo el mundo y los pensamientos que lo originan. Si puedo dejar ir esos pensamientos, lo que ocurre cuando le pido ayuda a Jesús para mirarlos, desaparecerán. Lo que queda es la Palabra de Dios, que, como se definió anteriormente, es el principio de la Expiación que dice que la separación nunca ocurrió.

L-pI.14.3:2-3 «Los pasos iniciales de este intercambio, al que verdaderamente se le puede llamar salvación, pueden ser bastante difíciles e incluso dolorosos. Algunos de ellos te conducirán directamente al miedo.»

Esta es la primera vez que Jesús hace tal declaración en las lecciones. Seguirán más, y se encuentran en todo el texto y el manual, el perdón es un proceso difícil, y no puede sino despertar un miedo tremendo (por ejemplo, T-27.VII.13:3-5; WpI.196.10; M-4.IA.3-5.7). Es casi seguro que algo anda mal si tú no te encuentras en conflicto o batallando con este asunto; si no luchas contra el perdón, te aterrorizas o aburres con él, o incluso quieres tirar el libro. Si nunca experimentas esta clase de incomodidad, casi siempre significa que no estás prestando atención a lo que se dice.
Un Curso de Milagros dice que las personas atemorizadas pueden ser crueles (T-3.I.4:2). Estas lecciones tienen que despertar ansiedad porque desafían no sólo la forma en que percibes algo fuera de ti, sino también tu identidad básica. Eso es lo que se menciona en la Lección 13 cuando Jesús dice: "El reconocimiento de esa falta de significado produce una aguda ansiedad en todos los que se perciben como separados." Cualquiera que crea que es un ser independiente y autónomo experimentará ansiedad con estos pensamientos. Jesús te está diciendo que está bien que encuentres todo este proceso difícil, induzca al miedo y que, por lo tanto, tengas resistencia.
Estas declaraciones son extremadamente importantes, porque probablemente el mayor error que cometen las personas con Un Curso de Milagros es negar el ego y la dificultad inherente de mirarlo, y así dejarlo ir. Todos quieren suavizar lo máximo este proceso y "hacerlo agradable", porque nadie realmente quiere lidiar con todas las implicaciones de estos pensamientos. Para repetirlo una vez más, lo que estos pensamientos te están diciendo es que literalmente tú no existes. Recuerda la línea que cité anteriormente (T-28.I.1: 6) - si el mundo hace mucho tiempo que ya desapareció y tú eres parte del mundo, hace mucho tiempo que «tú» desapareciste. ¿Quién, entonces, es el «tú» que está pensando, sintiendo y haciendo estos ejercicios? La respuesta a esta pregunta nos lleva "directamente al miedo".

L-pI.14.3:4-6 «Mas no se te dejará ahí. Irás mucho más allá de él, pues es hacia la paz y seguridad perfectas adonde nos encaminamos.»

Jesús quiere que entiendas que la ansiedad, el terror, la resistencia y la dificultad son parte de un proceso más grande, y que hay Alguien contigo Quien te guiará a través de este proceso. Como hemos visto, él habla de que el Espíritu Santo está ahí para guiarte a través del aparente terror. Él te guiará a través del anillo de temor hacia el Amor de Dios que está en el otro lado (T-18.IX.3). Es por eso que es esencial cultivar una relación con Jesús o el Espíritu Santo: Alguien dentro de ti, algún pensamiento que no sea tenga ego y que pueda guiarte a través del proceso. Si intentas mirar tu ego sin Él, serás arrojado al terror o la negación, creyendo que todo es realmente maravilloso. Jesús te está diciendo: "Sí, habrá dificultad, resistencia y temor, pero te guiaré a través de todo esto". Los párrafos 4 y 5 advierten acerca de no hacer estos ejercicios de manera compulsiva, al mismo tiempo que nos exhorta a «no» excluir nada de nuestro campo perceptual. No hace falta decir que es más fácil decirlo que hacerlo, por lo que Jesús hace de la no exclusividad en nuestra práctica un tema central en esta primera parte de su programa de entrenamiento mental para nosotros:

L-pI.14.4 «Piensa, mientras mantienes los ojos cerrados, en todos los horrores del mundo que te vengan a la mente. Nombra cada uno de ellos a medida que se te ocurra, e inmediatamente niega su realidad. Dios no lo creó, y, por lo tanto, no es real. Di, por ejemplo:

Dios no creó esa guerra, por lo tanto, no es real.
Dios no creó ese accidente de aviación, por lo tanto, no es real.
Dios no creó [especifica el desastre], por lo tanto, no es real.

Entre los temas adecuados para la aplicación de la idea de hoy se puede incluir, asimismo, todo aquello que temas te pueda ocurrir a ti, o a cualquier persona por la que estés preocupado. Nombra en cada caso el "desastre" en cuestión muy concretamente. No uses términos abstractos. Por ejemplo, no digas: "Dios no creó las enfermedades", sino "Dios no creó el cáncer", o los ataques cardíacos, o lo que sea que te cause temor.»

Jesús quiere que nos aseguremos de incluir los horrores personales y colectivos, lo que refleja la importancia de reconocer que no existe una jerarquía de ilusiones.
Ahora al párrafo 6:

L-pI.14.6:1 «Eso que estás contemplando es tu repertorio personal de horrores.»

Jesús se está enfocando en lo negativo. También podría haberse centrado fácilmente en cosas positivas. Por consiguiente, Dios no sólo no creó el cáncer, Él tampoco creó un cuerpo sano; Él no creó un accidente de aviación; pero tampoco creó un cohete espacial que hace su alunizaje con seguridad.

L-pI.14.6:2-8 «Esas cosas son parte del mundo que ves. Algunas de ellas son ilusiones que compartes con los demás, y otras son parte de tu infierno personal. Eso no importa. Lo que Dios no creó sólo puede estar en tu propia mente, separada de la Suya. Por lo tanto, no tiene significado. En reconocimiento de este hecho, concluye las sesiones de práctica repitiendo la idea de hoy:

Dios no creó un mundo sin significado.»
Cualquier cosa que pienses que tenga que ver con dualidad, separación, individualidad o especialismo no se encuentra en la Mente de Dios, porque Él es únicamente perfecta Unicidad y Amor, en el cual no existe la separación en lo absoluto. Por lo tanto, si no se encuentra en Su Mente, no puede tener ningún significado y ciertamente no existe. Nota el término "ilusiones que compartes". Como parte de la Filiación una - la única mente - estamos de acuerdo en ciertas cosas que se perciben en el mundo físico: tamaño, forma, color, etc. Sin embargo, el hecho de que se compartan no las hace real. Estas son «ilusiones compartidas»: “Nada es tan cegador como la percepción de la forma” (T-22.III.6: 7), afirma el texto, una declaración importante a la que frecuentemente regresaremos. Sólo el conocimiento de Dios es verdadero, en contraste con el mundo ilusorio del ego de la percepción.

L-pI.14.7 «Por supuesto, la idea de hoy puede aplicarse, aparte de las sesiones de práctica, a cualquier cosa que te perturbe a lo largo del día. Sé muy específico al aplicarla.
Di:
Dios no creó un mundo sin significado. No creó [especifica la situación que te esté perturbando], por lo tanto, no es real.»

Puedes ver cómo Jesús nos está pidiendo repetidamente en estas lecciones que apliquemos sus enseñanzas «muy específicamente», a nuestra vida diaria. No hacerlo asegura que nunca se aprenderán realmente, lo que, por supuesto, siempre es la tentación de nuestros egos.
Jesús nos está guiando amablemente en nuestro proceso de aprendizaje en cuanto a llevar las ilusiones de nuestro mundo específico de la forma al «contenido» de su verdad no-específica del perdón.
En estas últimas siete lecciones, después del primer grupo de siete, podemos observar a Jesús construyendo una lección o idea sobre otra. Él nos lleva del entendimiento de que la falta de significado del mundo que percibimos proviene de la falta de significado del mundo que hicimos realidad en nuestras mentes, a la comprensión de que en el núcleo de estos pensamientos sin significado se encuentra el pensamiento más terrible de todos: Dios está en competencia con nosotros y sin duda nos destruirá. Es importante comprender, aunque no se indique aquí, que ese pensamiento también es una defensa. Dice que existo, que soy importante y que tengo el poder de hacer que Dios se enoje, haciéndole pensar con tanta locura como yo, como lo explica el texto en este pasaje revelador de "Las leyes del caos":

“Piensa en las consecuencias que esto parece tener en la relación entre Padre e Hijo. Ahora parece que nunca jamás podrán ser uno de nuevo. Pues uno de ellos no puede sino estar por siempre condenado, y por el otro. Ahora son diferentes y, por ende, enemigos. Y su relación es una de oposición, de la misma forma en que los aspectos separados del Hijo convergen únicamente para entrar en conflicto, pero no para unirse. Uno de ellos se debilita y el otro se fortalece con la derrota del primero. Y su temor a Dios y el que se tienen entre sí parece ahora razonable, pues se ha vuelto real por lo que el Hijo de Dios se ha hecho a sí mismo y por lo que le ha hecho a su Creador...He aquí el principio que pretende definir lo que debe ser el Creador de la realidad; lo que debe pensar y lo que debe creer; y, creyéndolo, cómo debe responder. Ni siquiera se considera necesario preguntarle si eso que se ha decretado que son Sus creencias es verdad. Su Hijo le puede decir lo que ésta es, y la única alternativa que le queda es aceptar la palabra de Su Hijo o estar equivocado...Pues si Dios no puede estar equivocado, tiene entonces que aceptar la creencia que Su Hijo tiene de sí mismo y odiarlo por ello.” (T-23.II.5; 6:2-4,6)

Dios ahora reacciona tan psicóticamente como yo, reflejando en realidad mi venganza viciosa y pecaminosa en la Suya:

“Si esto fuese cierto [la realidad del pecado], lo opuesto al Cielo se opondría a él y sería tan real como él. Y así, la Voluntad de Dios estaría dividida en dos, y toda la creación sujeta a las leyes de dos poderes contrarios, hasta que Dios llegase al límite de Su paciencia, dividiese el mundo en dos y se pusiese a Sí Mismo a cargo del ataque. De este modo Él habría perdido el juicio, al proclamar que el pecado ha usurpado Su realidad y ha hecho que Su Amor se rinda finalmente a los pies de la venganza.”
(T-26.VII.7:3-5)

¡Imagina el poder que esto me otorga! Además, si soy lo suficientemente poderoso como para obligar a Dios a reaccionar ante mí, yo debo existir. Reconocer entonces en última instancia la falta de significado de ese pensamiento engendra mi ansiedad.

Por lo tanto, la ansiedad por la venganza anticipada de Dios es una defensa contra la ansiedad real, que es que yo no existo en lo absoluto. Puedo vivir muy bien con el pensamiento de que Dios quiere asesinarme. Puede que no me haga feliz, pero sé cómo lidiar con eso - puedo establecer una religión: hacer regateos con Dios, realizar rituales para apaciguar Su ira y proyectar la responsabilidad sobre los no creyentes en justo juicio por todas sus herejías. Sin embargo, no sé cómo lidiar con el pensamiento de que yo no existo, excepto negarlo y rápidamente fabricar algo para que ocupe su lugar."

~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martinez.