Lección 7

Sólo veo el pasado. 
La lección 7 es esencialmente un resumen de las seis lecciones anteriores, como vemos en el primer párrafo donde se repiten casi textualmente.

L-pI.7.1 «Esta idea resulta muy difícil de creer al principio. Sin embargo, es la razón fundamental de todas las anteriores.
Es la razón por la que nada de lo que ves significa nada.
Es la razón por la que le has dado a todo lo que ves todo el significado que tiene para ti.
Es la razón por la que no entiendes nada de lo que ves.
Es la razón por la que tus pensamientos no significan nada y por lo que son como las cosas que ves.
Es la razón por la que nunca estás disgustado por la razón que crees.
Es la razón por la que estás disgustado porque ves algo que no está ahí. »

En el segundo párrafo encontramos a Jesús volviendo a una idea que él mencionó brevemente en el segundo párrafo de la Lección 3 —la importancia de aclarar nuestras mentes de pensamientos del pasado. Ahora, elabora: La razón por la que nada significa nada, que le hemos dado a todo el significado que tiene, etc., es que estamos viendo sólo el pasado. El no perder de vista esta ecuación de que pecado, culpa y miedo se equipara con pasado, presente y futuro respectivamente es lo que nos va a ayudar a entender la motivación de que únicamente veamos el pasado. El pecado se equipara con la separación, lo que prueba que soy un individuo, autónomo de Dios. Una vez que crea esta mentira, se proyectará afuera automáticamente y tomará la forma del pasado. Por lo tanto, veo el pasado en todo, porque quiero mantener mi identidad individual. Así es como lo dice Jesús:

L-pI.7.2 «Cambiar las viejas ideas que se tienen acerca del tiempo es muy difícil porque todo lo que crees está arraigado en el tiempo, y depende de que no aprendas estas nuevas ideas acerca de él. Sin embargo, ésa es precisamente la razón por la que necesitas nuevas ideas acerca del tiempo. Esta primera idea acerca del tiempo no es realmente tan extraña como pueda parecer en un principio.»

Cada vez que estamos disgustados es porque estamos equiparando algo que acaba de suceder con algo que sucedió en el pasado. Veo a una persona en particular y sé lo que se supone que debo hacer: esta persona es una autoridad, y por lo tanto mi odio está justificado; este es mi rival, y por eso tengo que odiar a esta persona; este otro es de un cierto color de piel, al cual debo odiar. El odio siempre se basa en el pasado. La mayoría de las veces, sin embargo, es más sutil que estos ejemplos, razón por la cual necesitamos práctica para reconocer y aceptar esta "primera idea acerca del tiempo".

En resumen, entonces, el propósito de ver el pasado en todo es que me permite decir que yo existo. Por lo tanto, hacer que el pasado sea real es lo mismo que decir que el pecado o la separación es real, y, por lo tanto, yo también. Por cierto, observa el juego de palabras con la palabra "tiempo" en 2:2-3.

Ahora se nos da un ejemplo muy específico, aunque aparentemente trivial:

L-pI.7.3 «Observa una taza, por ejemplo. ¿Estás realmente viendo la taza, o simplemente revisando tus experiencias previas de haber levantado una taza, de haber tenido sed, de haber bebido de ella, de haber sentido su borde rozar tus labios, de haber desayunado, y así sucesivamente? ¿Y no están acaso tus reacciones estéticas con respecto a la taza basadas asimismo en experiencias pasadas? ¿De qué otra manera sino sabrías que esa clase de taza se rompe si la dejas caer? ¿Qué sabes acerca de esa taza sino lo que aprendiste en el pasado? No tendrías idea de lo que es si no fuera por ese aprendizaje previo. ¿Estás, entonces, viéndola realmente?»

Pero esto es verdad acerca de «todo». Literalmente no vemos «nada», porque estamos viendo el pasado, que no está ahí.

L-pI.7.4 «Mira a tu alrededor. Esto se aplica igualmente a cualquier cosa que veas. Reconoce esto al aplicar la idea de hoy indistintamente a cualquier cosa que te llame la atención. Por ejemplo:

Sólo veo el pasado en este lápiz.
Sólo veo el pasado en este zapato.
Sólo veo el pasado en esta mano.
Sólo veo el pasado en ese cuerpo.
Sólo veo el pasado en esa cara.»

Es interesante notar la elección de los objetos de Jesús a ser percibidos; ellos incluyen tanto los objetos animados como inanimados. Continuaremos volviendo a este punto, pero por ahora permítanme subrayar nuevamente la importante enseñanza de que dado que el mundo es "la imagen externa de una condición interna" T-21.in.1:5. y esta condición interna es una ilusión, la imagen externa también debe ser una ilusión. Además, como no hay una "jerarquía de ilusiones", no puede haber una diferencia intrínseca entre todos los objetos de nuestro mundo perceptivo, animados o inanimados. «Todos» ellos son igualmente ilusorios, y por lo tanto son lo mismo. Si bien no hace falta decir que esto va en contra de nuestra experiencia, también se nos enseña que nuestras experiencias son falsas. En estas lecciones, estamos viendo los intentos preliminares y sutiles de Jesús de enseñarnos esta verdad mientras nos guía gentilmente a su aceptación, y más allá de ellos hacia Dios - «la» verdad.

Finalmente, otra precaución contra la tentación de excluir lo que sentimos cuando pensemos que no es importante, que a menudo es un velo que oculta lo que secretamente creemos que es bastante importante, a lo que el texto se refiere como nuestros "pecados secretos y odios ocultos" T-31.VIII.9: 2.

L-pI.7.5. «No te detengas en ninguna cosa en particular, pero recuerda no omitir nada específicamente. Mira brevemente cada objeto, y luego pasa al siguiente. Tres o cuatro sesiones de práctica, cada una de un minuto más o menos de duración, bastarán.»

La falta de discriminación al responder al mundo ilusorio de la percepción sigue siendo el foco central de esta primera parte del libro de ejercicios. Contiene los medios para deshacer el sistema de pensamiento del ego de la separación, la esencia de los milagros: no hay un orden de dificultad entre ellos (T-1.I.1:1).

~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martínez.