Lección 4

Estos pensamientos no significan nada. Son como las cosas que veo en esta habitación (en esta calle, desde esta ventana, en este lugar.

Jesús nos está ayudando a darnos cuenta de que no sólo lo que vemos no tiene significado, sino que nuestros «pensamientos» sobre lo que vemos tampoco tienen significado. En lecciones posteriores, él explica que nuestros pensamientos no son diferentes de lo que percibimos. Lo interno y lo externo son uno y lo mismo.

L-pI.4.1 «Estos ejercicios, a diferencia de los anteriores, no comienzan con la idea de hoy. Da comienzo a estas sesiones de práctica observando los pensamientos que crucen tu mente durante un minuto más o menos. Luego aplícales la idea. Si ya eres consciente de pensamientos que no te hacen feliz, úsalos como sujetos para la idea. No selecciones, no obstante, sólo los pensamientos que a tu parecer son "malos". Si te acostumbras a observar tus pensamientos, descubrirás que éstos representan una mezcla tal, que, en cierto sentido, a ninguno de ellos puede calificársele de "bueno" o de "malo". Por eso es por lo que no significan nada.»

Tanto nuestra percepción como nuestro pensamiento son variables. Lo que es variable no es inmutable, por definición, y si no es inmutable, no puede ser de Dios. Esta declaración refleja una de las premisas centrales sobre la que descansa la lógica de Un Curso de Milagros. Cualquier cosa de Dios debe compartir Sus atributos. Si no lo hace, no puede ser de Él y, por lo tanto, debe ser irreal o ilusorio. Por lo tanto, si hay algo que cambia, no puede ser del Inmutable, y por lo tanto no existe y debe ser inherentemente carente de significado, habiéndose separado de lo único que tiene significado. Por lo tanto, al prestar atención a nuestros pensamientos, veremos su aleatoriedad, variabilidad y naturaleza fugaz, todo lo cual atestigua su falta de significado. Dada su condición variable, por lo tanto, deben ser del ego, que siempre se trata de cambio, debiendo su origen al cambio original del Inmutable. Estas lecciones tempranas, con sus ejercicios engañosamente simples, nos dirigen gradual y gentilmente al reconocimiento de su verdad a medida que las aplicamos a nuestra vida diaria.

L-pI.4.2 «Al seleccionar los sujetos para la aplicación de la idea de hoy, se requiere la acostumbrada especificidad. No temas usar pensamientos "buenos" ni "malos". Ninguno de ellos constituye tus pensamientos reales, los cuales se encuentran ocultos tras ellos. Los "buenos" no son sino sombras de lo que está más allá, y las sombras dificultan la visión. Los "malos" son obstáculos para la visión, y, por lo tanto, te impiden ver. No te interesan ni unos ni otros.»

Nuestros pensamientos reales son de amor o unicidad, los cuales deben ser no-específicos, la definición del término «abstracto» de Un Curso de Milagros. Estos pensamientos abstractos están cubiertos por el mundo de los específicos del ego. Lo que queremos es la verdad, no una sombra u obstáculo. Como los buenos platónicos, queremos el Bien que está más allá del «concepto» de bien. «Bueno» y «malo» son conceptos, y como se no enseña cerca del final del texto:

“La salvación se puede considerar como el escape de todos los conceptos. No se ocupa en absoluto del contenido de la mente, sino del simple hecho de que ésta piensa.” T-31.V.14:3-4

En el mejor de los casos, nuestros pensamientos de mentalidad correcta (los "buenos") son las correcciones para nuestros pensamientos de mentalidad errada (los "malos"), pero al final, su especificidad también debe desaparecer en el Amor abstracto o no-específico de nuestra Fuente.

L-pI.4.3 «Éste es un ejercicio importante, y se repetirá de vez en cuando de forma ligeramente distinta. Nuestra meta es entrenarte en los primeros pasos hacia el objetivo de poder separar lo que no tiene significado de lo que sí lo tiene. Representa el primer esfuerzo en el objetivo a largo plazo de aprender a ver que lo que carece de significado se encuentra fuera de ti, y lo significativo dentro. Es también el comienzo del entrenamiento que le permitirá a tu mente distinguir entre lo que es lo mismo y lo que es diferente.»

Este es un pensamiento importante, lo que no tiene significado está afuera, porque lo que está afuera es irreal. Lo "significativo dentro" son los pensamientos del Espíritu Santo en nuestras mentes. Todo lo que percibimos afuera y creemos que es real, sirve al propósito del ego, que es hacer que pensemos que lo que carece de significado es verdad. Todo esto se convierte entonces en una cubierta para el verdadero significado. El Espíritu Santo, sin embargo, nos enseña a ver que lo que está afuera en el mundo sirve para el propósito de enseñarnos que no hay mundo. Ahí radica su significado. Los objetos «no» son significativos en sí mismos, pero el propósito del Espíritu Santo provee su significado. Todo lo que se ve sin Él carece de significado.

El ego nos hace valorar lo que hay en el mundo para que creamos en la realidad del sistema de pensamiento de separación que refleja el mundo. El Espíritu Santo nos hace percibir lo que hay en el mundo para que finalmente nos demos cuenta de que no hay mundo. Por lo tanto, "lo que es lo mismo" es todo dentro del sistema de pensamiento del ego, y todo dentro del sistema de pensamiento del Espíritu Santo: la culpa es culpa, independientemente de su forma; el amor es amor, sin importar su forma. Pero estos dos sistemas difieren entre sí, porque el sistema de pensamiento del ego nos arraiga aún más en el infierno, mientras que el Espíritu Santo nos lleva a casa. Así aprendemos la «igualdad» inherente de todos los pensamientos dentro de los dos sistemas de pensamiento, y la «diferencia» intrínseca entre ambos.

L-pI.4.4 «Al usar tus pensamientos como sujetos para la aplicación de la idea de hoy, identifica cada uno de ellos por la figura o acontecimiento central que contenga. Por ejemplo:

Este pensamiento acerca de _____ no significa nada.
Es como las cosas que veo en esta habitación, [en esta calle,
desde esta ventana, en este lugar.]

Ten en cuenta este énfasis inicial —que se repetirá en todo momento— en la necesidad de ser específicos en nuestra aplicación de la idea del día. Sin tal aplicación los ejercicios carecen de significado para nosotros.

L-pI.4.
5 «Puedes aplicar la idea asimismo a cualquier pensamiento en particular que reconozcas que es perjudicial. Esta práctica es útil, pero no substituye al procedimiento de selección más al azar que debe seguirse al llevar a cabo los ejercicios. En cualquier caso, no examines tu mente por más de un minuto. Aún no tienes suficiente experiencia como para poder evitar la tendencia a preocuparte innecesariamente.»

Esto es parte del propósito de Jesús al hacernos sentir humildes. Todavía no sabemos la diferencia entre lo que es perjudicial y lo que es inofensivo. Esto es similar a sus instrucciones para nosotros en el texto de que no conocemos la diferencia entre el dolor y la dicha (T-7.X) o entre el aprisionamiento y la libertad (T-8.II). Así que nos preocupamos inútilmente de perseguir lo que nos hará daño, en lugar de aprender lo único que nos traerá paz y dicha.

L-pI.4.6 «Además, puesto que estos ejercicios son los primeros de su índole, tal vez te resulte especialmente difícil suspender todo juicio en conexión con tus pensamientos. No repitas los ejercicios más de tres o cuatro veces al día. Volveremos a ellos más adelante.»

Jesús no quiere que te sientas culpable porque no puedes hacer los ejercicios, pero sí quiere que te des cuenta de que estás teniendo problemas para hacerlos. Implícito en eso está la siguiente declaración: “Tengo problemas para hacerlos porque no quiero renunciar a mi creencia, no sólo de que los objetos en mi vida son significativos, como lo son mis pensamientos, sino de que «yo» soy significativo. Yo, como individuo, soy un ser especial y significativo”. Es por eso que estas lecciones son "especialmente difíciles. 

Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
Traducción al Español por Alfonso Martínez.