Lección 20

ESTOY DECIDIDO A VER. (Lección 20)
"Hay relativamente pocas lecciones como esta en el libro de ejercicios; la Lección 95 es especialmente similar. Su importancia no radica tanto en el tema específico, sino en que Jesús explica lo que está haciendo en estos ejercicios: cómo hacerlos y cómo no hacerlos. Comienza discutiendo las sesiones de práctica.
📘(1:1-2) «Hemos tenido hasta ahora una actitud bastante relajada con respecto a nuestras sesiones de práctica. Apenas hemos tratado de dirigir el momento en que debes llevarlas a cabo; el esfuerzo requerido por tu parte ha sido mínimo, y ni siquiera se te ha pedido que cooperes o que te intereses activamente en ellas.»
En otras palabras, Jesús está siendo muy amable. Él dice: “Tómate un minuto o dos, y si eso es demasiado, toma menos. Hazlo dos o tres veces al día. Si eso es demasiado, haz menos ". Él explica:
📘(1:3-6) «Este enfoque ha sido intencional, y ha sido planeado muy cuidadosamente. No hemos perdido de vista lo importante que es invertir completamente tu manera de pensar. La salvación del mundo depende de ello. Mas no podrás ver si te sientes coaccionado, o si te abandonas al resentimiento y a la oposición.»
Así, Jesús nos dice: “No estoy tratando de convencerte de que tengo razón y tú estás equivocado, ni estoy tratando de obligarte a creer en estos conceptos. Estoy siendo tan amable como puedo, solo te pido que me acompañes, creas o no en esto”. Esto no es un argumento. Ya que Jesús no está tratando de demostrar que estás equivocado y que él tiene razón, así que no debes tratar de demostrar que tienes razón y que él está equivocado. Nuestra «única» razón para revertir nuestra manera de pensar «no» debería ser «Jesús» sino «nosotros» mismos: porque si lo hiciéramos nos sentiríamos mejor. Volvernos felices es la motivación que Jesús está tratando de inculcar en nosotros, como veremos más adelante. Es importante proceder como lo harías con un par de zapatos nuevos: pruébalos y camina con ellos por un rato. Si se sienten cómodos, consérvalos; si no, descártalos. Y así, perdón por el juego de palabras, estamos listos para el siguiente paso cuando Jesús dice: "No te he estado dando mucha estructura «hasta ahora»":
📘(2:1-5) «Ésta es la primera vez que intentamos establecer cierta estructura. No interpretes esto erróneamente como un intento de querer ejercer presión o fuerza. Deseas la salvación. Deseas ser feliz. Deseas la paz.»
La motivación ahora es el foco. La motivación del ego es exactamente lo opuesto a la felicidad. Todos «dirían» que desean la salvación, la felicidad y la paz, pero siempre se adquieren a expensas de alguien más, una inevitabilidad del sistema de pensamiento del ego. Si he de ser feliz, tengo que obtener algo de alguien más; si tengo que obtener algo, alguien tendrá menos de ello. Esta es la esencia de la relación especial, un término, por cierto, que no aparece en absoluto en el libro de ejercicios, aunque claramente su dinámica de odio está reflejada claramente durante todo el libro. Jesús está tratando de decirnos que realmente «deseamos» la salvación, lo que significa que realmente «deseamos» estar libres de nuestra culpa. Realmente «deseamos» ser felices y estar en paz.
📘(2:6) «No lo has logrado todavía porque tu mente no tiene ninguna disciplina,..»
Si tienes alguna pregunta sobre esto, solo piensa en lo difícil que es para ti ir por tu vida dándote cuenta de que cada cosa que ves o a la que reaccionas literalmente no se encuentra ahí. Esto provee algún tipo de idea de la naturaleza indisciplinada de tu mente. Puedes estar atento ahora mismo y entender todo lo que está siendo dicho. Sin embargo, está casi garantizado que en cuestión de minutos, si no segundos, volverás a tu vieja forma de ser: abrigar resentimientos, alterarte acerca de algo y creer que no existe conexión entre tus pensamientos y las imágenes que percibes. Eso es lo que Jesús quiere decir con tener una mente "indisciplinada". Él no nos está reprendiendo, sino simplemente diciendo: "Debes reconocer que esto es verdad. De lo contrario no me dejarás ayudarte.”
📘(2:6-8) "...y no puedes distinguir entre la dicha y el pesar, el placer y el dolor, o el amor y el miedo. Ahora estás aprendiendo a diferenciar unos de otros. Y grande en verdad será tu recompensa cuando lo logres."
Este es un tema importante en Un Curso de Milagros, tanto aquí como en el texto (por ejemplo, T-7.X; T-8.II; T-19.IV-B.12-15). No ha sido la primera vez que hemos hecho esta observación, ni será la última. Va al corazón del intento de Jesús de motivarnos a aprender su curso para que seamos verdaderamente felices y dichosos. Normalmente, lo que nos trae alegría y placer es obtener lo que queremos. Creemos que el amor es especialismo - tener nuestras necesidades satisfechas - y no somos conscientes de que esto es parte del sistema del ego, por lo que sólo nos traerá culpa y dolor.
📘(3:1) «Tu decisión de querer ver es todo lo que requiere la visión.»
El problema es que no queremos ver, y por eso Jesús primero tiene que ayudarnos a que nos demos cuenta de cuánto no queremos, un deseo que proviene del reconocimiento de que si vemos a través de sus ojos ya no podremos culpar a nadie más. Ver a través de sus ojos significa que la realidad no es lo que percibimos afuera, sino su amor por nosotros, el reflejo de la realidad del Amor de Dios.
Por lo tanto, debemos ser conscientes de cuánto no queremos renunciar a la certeza de que tenemos razón con respecto a nuestras percepciones, porque ciertamente no queremos renunciar a nuestra certeza sobre lo que percibimos dentro, nuestro yo pecaminoso y culpable. Por más dolorosa que pueda ser esa autoimagen, sigue siendo «mi» autoimagen egoica lo que establece «mi» existencia. Me recuerdo ahora de uno de los poemas favoritos de Helen, se trata de un fragmento de un poema de Yeats - ella usualmente lo recitaba mal, por cierto - el fragmento del poema dice así: “Siendo pobre tengo únicamente mis sueños y los he esparcido delante de tus pies, camina sobre ellos suavemente, porque se trata de mis sueños.”
📘(3:2-8) «Lo que quieres se te concede. No cometas el error de creer que el pequeño esfuerzo que se te pide es una indicación de que nuestro objetivo es de poco valor. ¿Cómo iba a ser la salvación del mundo un propósito trivial? ¿Y cómo podría salvarse el mundo si no te salvas tú? Dios tiene un solo Hijo, y él es la resurrección y la vida. Su voluntad se hace porque se le ha dado pleno poder en el Cielo y en la tierra. Con tu decisión de querer ver, se te da la visión.»
El lenguaje en estos pasajes es claramente bíblico: términos y descripciones de Jesús en el Nuevo Testamento. Él es el Hijo de Dios, y "la resurrección y la vida", y "todo poder le es dado en el Cielo y en la tierra". Pero Jesús nos está diciendo aquí: "Sí, esto es cierto acerca de mí, pero también es cierto acerca de ti. Más aún, ¿cómo podría salvarse el mundo si no te salvas tú?”. Es obvio que este mundo no es externo, porque el enfoque de Jesús está siempre en lo interno - lo que «pensamos». Nuevamente, debemos sentirnos motivados a «pensar» de manera diferente para que podamos entonces «ver» de manera diferente.
📘(4) «Los ejercicios de hoy consisten en que te recuerdes a ti mismo a lo largo del día que quieres ver. La idea de hoy implica tácitamente también el reconocimiento de que ahora no ves. Por lo tanto, cada vez que repites la idea, estás afirmando que estás decidido a cambiar tu estado actual por uno mejor, por uno que realmente deseas.»
Así es como Jesús comienza el proceso de cambiar nuestra motivación - de la culpa a la felicidad. No deseamos ver ahora porque creemos que la visión nos traerá dolor. Únicamente cuando aprendemos que la visión trae felicidad es que vamos a desear cambiar de la forma de ver que tiene el ego.
📘(5:1-2) «Repite la idea de hoy lentamente y a conciencia por lo menos dos veces por hora, y trata de hacerlo cada media hora. No te desanimes si se te olvida hacerlo, pero esfuérzate al máximo por acordarte.»
Jesús nos está introduciendo lenta y gentilmente al concepto sumamente importante de el pecado en contraposición con el error. Olvidar la idea de hoy no es un pecado, sino simplemente un error que deseamos corregir «para que podamos sentirnos mejor». La gentil enseñanza de Jesús deshace la aspereza y la severidad del ego y nos proporciona un modelo de bondad para «todas» nuestras interacciones.
Y finalmente:
📘(5:3-6) «Las repeticiones adicionales deben aplicarse a cualquier situación, persona o acontecimiento que te perturbe. Puedes verlos de otra manera, y los verás. Verás lo que desees ver. Ésta es la verdadera ley de causa y efecto tal como opera en el mundo.»
Si vemos separación, venganza, traición o sufrimiento, es a causa de que «deseamos» verlos. Este deseo es la causa, y lo que vemos es el efecto. Jesús está tratando de convencernos de que realmente deseamos ver de otra manera. Obviamente todavía no estamos del todo convencidos."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martínez.