Lección 2

Le he dado a todo lo que veo en esta habitación [en esta calle, desde esta ventana, en este lugar] todo el significado que tiene para mí.

La primera lección - de que nada significa nada - ahora se ha ampliado. La razón por la cual nada significa nada es que tú le has dado significado a todo, encubriendo, como veremos en breve, su «verdadero» significado de perdón. Sabes que lo has hecho porque piensas que tu mano es más importante que un bolígrafo. Ya que esto claramente no puede ser la forma en que el Espíritu Santo piensa, sólo puede haber venido de la forma en que «tú» piensas. Dios no le ha dado su significado a todo lo que ves a tu alrededor, ni tampoco Jesús. «Tú» lo has hecho. Las personas dirán que valoran algo porque sus padres lo valoraron, y porque fueron criados en cierta cultura, religión, estrato socioeconómico, etc. Pero esa no es una declaración honesta. Si realmente lo pensaran se darían cuenta de que no han adoptado «todos» los valores de sus padres, ni los valores de su sistema social, y así sucesivamente. Han adoptado sólo aquellos valores que resuenan con lo que ellos «quieren» que sean sus valores. Aunque no se mencione aquí, Jesús está pidiendo una completa honestidad con él; aceptar que nada en esta habitación o en el mundo significa nada porque yo soy el que le ha dado significado al mundo, y yo -mi ego- nunca podría entender el «verdadero» significado: el perdón.

L-pI.2.1 «Los ejercicios que se deben llevar a cabo con esta idea son iguales a los de la primera lección. Comienza con las cosas que estén cerca de ti, y aplica la idea a cualquier cosa en la que tu mirada se pose. Extiende luego tu campo visual. Gira la cabeza de modo que puedas incluir lo que se encuentre a ambos lados de ti. Si es posible, da la vuelta y aplica la idea a lo que se encuentre detrás de ti. Sé tan imparcial como puedas al seleccionar los objetos a los que vas a aplicar la idea; no te concentres en nada en particular, ni trates de incluir todo lo que veas en una zona determinada, ya que eso causaría tensión.»

Jesús nos está diciendo que no discriminemos diciendo que una cosa es importante y otra no, o que esta cosa no significa nada, pero esa otra sí. Él nos está diciendo que seamos indiscriminados en nuestra práctica. Intentar incluir todo nos llevará a la tensión, nos dice, y entonces un ritual se desarrollará pronto también. Los rituales implican tensión porque siempre hay una sensación de tener que hacer algo. «Tengo» que decir la oración de cierta manera. «Tengo» que hacer la lección a la misma hora todos los días. «Tengo» que ir a la iglesia o a la sinagoga todos los días o todas las semanas, o lo que sea. Si es un ritual, entonces es algo que tiene que ser hecho de la misma manera todo el tiempo. Y usualmente, si es hecho en un contexto religioso, tiene que ser hecho de la misma manera todo el tiempo porque eso es lo que Dios quiere, o la Biblia dice, o mis maestros religiosos insisten.

Por lo tanto, Jesús está diciendo que no hagas estos ejercicios como si fueran un ritual, y que no los hagas con un sentido de tensión. Si empiezas a sentir tensión, él te dirá que debes parar. Esto también es una indicación de que los estás haciendo mal; que los estás haciendo con tu ego y no con él.

L-pI.2.1 «Echa simplemente una rápida mirada a tu alrededor, tratando de evitar la selección de objetos en función de su tamaño, brillantez, color o material, o de la relativa importancia que tengan para ti.»

El hecho mismo de que Jesús diga "Trata de evitar hacer esto" te está diciendo que vas a tratar de hacerlo; es decir, seleccionar de acuerdo a lo que es importante y no importante para ti. Aunque no pienses que lo estás haciendo conscientemente, inconscientemente esto tendría que ser así a la luz de la jerarquía de valores que todos compartimos.

L-pI.2:2-5 «El simple hecho de ver un objeto lo convierte en tu selección. Trata de aplicar la idea con la misma facilidad a un cuerpo que a un botón, a una mosca que a un piso, a un brazo que a una manzana. El único criterio a seguir para aplicar la idea a algo es simplemente que tus ojos se hayan posado sobre ello. No trates de incluir nada en particular, pero asegúrate de no excluir nada deliberadamente.»

Necesitamos leer estas lecciones con detenimiento, yendo más allá de la «forma» de las palabras a su «contenido» o significado subyacente. En otras palabras, necesitamos darnos cuenta de que Jesús nos está enseñando a generalizar; que todas las cosas son igualmente carentes de significado porque todo sirve al mismo propósito egoísta de separación. Más adelante descubriremos que todas las cosas se vuelven igualmente significativas, porque todo en nuestro mundo perceptivo puede también servir al propósito del Espíritu Santo. No importa lo que sea; puede ser algo que creemos que es significativo, como un cuerpo, o algo que creemos que carece de significado, como una manzana o un botón. Mientras veamos, oigamos, saboreemos o sintamos algo, estamos diciendo que el mundo material es real; que la dualidad y la percepción son reales. Esta es, en última instancia, una forma de decir que «yo» soy real. Detrás de eso, por supuesto, está la afirmación de que debido a que el mundo material es real, Dios no puede serlo. Esta es la metafísica que subyace a estas tempranas y maravillosas lecciones.

~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martínez.