Lección 28

POR ENCIMA DE TODO QUIERO VER LAS COSAS DE OTRA MANERA. (Lección 28)
📘(1) «Hoy le estamos dando una aplicación realmente concreta a la idea de ayer. En estas sesiones de práctica vas a hacer una serie de compromisos definitivos. El que los cumplas o no en el futuro no es algo que nos concierna ahora. Si al menos estás dispuesto a hacerlos ahora, habrás dado el primer paso en el proceso de cumplirlos. Y todavía estamos en el principio.»
El compromiso fundamental es demostrar que toda nuestra identidad descansa en una mentira - o para decirlo de una manera menos amenazadora, el compromiso es darnos cuenta de que estamos equivocados y de que Jesús está en lo cierto: hay otra manera de ver el mundo. Una vez más, Jesús no está aplicando ninguna presión de tiempo sobre nosotros; él es muy consciente de nuestra resistencia (o temor) a hacer este compromiso. Por cierto, su última oración recuerda su comentario a los psicoterapeutas:
“La mayoría de los terapeutas profesionales apenas están en el comienzo de la fase inicial del primer viaje. Incluso aquellos que han comenzado a entender lo que tienen que hacer pueden oponerse aún a iniciar el camino.” (P-3.II.8:5-6)
Claramente, Jesús nos ve a «todos» como principiantes, resistentes al cambio y al crecimiento.
📘(2:1-5) «Tal vez te preguntes por qué es importante decir, por ejemplo, "Por encima de todo quiero ver esta mesa de otra manera". De por sí, eso no es importante. Sin embargo, ¿qué existe de por sí? ¿Y qué significa "de por sí"? Ves a tu alrededor una legión de objetos separados, lo cual significa que en realidad no ves nada.»
La Lección 183 se enfoca más directamente en esta idea de dar diferentes nombres a las “cosas separadas” en el mundo, un proceso que refleja la necesidad del ego de hacer que la separación y la individualidad cobre realidad. Jesús nos está pidiendo que entendamos la premisa subyacente de su curso, que es que todo es los mismo porque todo comparte el mismo propósito. En términos de la «forma», las cosas del mundo son claramente diferentes y tienen distintos propósitos unas de otras. En el nivel de «contenido», sin embargo, compartimos el único propósito de permitir que nuestras mentes sean sanadas. En ese sentido, todo es lo mismo, porque todas las cosas pueden ser utilizadas para lograr ese propósito. Un Curso de Milagros, debemos recordar, se enfoca en el «contenido» y no en la «forma».
📘(2:6-8) «O ves o no ves. Cuando hayas visto una sola cosa de otra manera, verás todas las demás cosas de otra manera también. La luz que veas en cualquiera de ellas será la misma luz que verás en todas ellas.»
Lo que cambia no es lo que está afuera, sino nuestra elección de maestro. Cuando nuestro Maestro interior haya sido cambiado, veremos todo a través de Sus ojos en lugar de los del ego.
Una vez más, Jesús no está hablando de una luz física. La luz que veremos es la luz de la visión de Cristo, la luz del entendimiento que reconoce un propósito común o compartido en todos y en todo.
📘(3) «Cuando dices: "Por encima de todo quiero ver esta mesa de otra manera", estás comprometiéndote a abandonar todas las ideas preconcebidas que tienes acerca de la mesa, y a tener una mente receptiva con respecto a lo que esa mesa es y al propósito que tiene. No la estás definiendo en función del pasado. Estás preguntando qué es, en vez de decírselo. No estás constriñendo su significado a tu reducida experiencia con mesas, ni estás limitando su propósito a tus insignificantes pensamientos personales.»
Esta es la humildad que dice: "Yo no sé". Una mesa no es importante ya que normalmente no proyectamos sobre ella, pero sirve como ejemplo para aclarar el punto. Lo más importante es que admitamos humildemente que no sabemos el significado y el propósito de una relación o situación. Si pensamos que lo sabemos, nunca estaremos abiertos a recibir la respuesta y aprender la verdad. Aferrarse al pasado es lo que refleja esta creencia arrogante de que sabemos, la defensa contra la visión que proviene de elegir el instante santo.
📘(4:1-2) «Nadie cuestiona lo que ya ha definido. Y el propósito de estos ejercicios es hacer preguntas y recibir respuestas.»
Una vez más, esto es un llamado a la humildad. Si tú piensas que entiendes Un Curso de Milagros, no estarás abierto a lo que te está enseñando. Si tú piensas que entiendes el propósito de cualquier lección particular de un libro de ejercicios, no estarás abierto a recibir la respuesta que Jesús tiene para ti. Si tú piensas que entiendes, lo que sucede es que repentinamente un muro cae dentro de tu mente y entonces no será posible enseñarte nada. «Pensarás» que estás siendo enseñado, pero lo que estarás “aprendiendo” es simplemente lo que tu ego quería que aprendieras en primer lugar. Ya hemos considerado esta sutil estratagema del ego, en la que conscientemente creemos que estamos pidiendo ayuda, pero lo único que estamos haciendo es decirle a Jesús lo que queremos que nos diga al definir nuestro problema o limitando nuestra pregunta. Esto inevitablemente dicta la respuesta que recibiremos, limitando por consiguiente a Jesús. Él nos recuerda esto en el texto también:
“Has sido tan selectivo con respecto a lo que pones en duda como con respecto a lo que percibes. Una mente receptiva es mucho más honesta que eso.” (T-13.IV.3:7-8)
Todo esto, por supuesto, es una reminiscencia de nuestro intento ontológico de limitar a Dios al definir la naturaleza de nuestro ser. Jesús nos está ayudando así a deshacer o desaprender todo lo que creemos acerca de todo - adquiriendo una «mente receptiva» - incluyendo lo que creemos acerca de este curso. Como él dice en el texto:
“Aprender este curso requiere que estés dispuesto a cuestionar cada uno de los valores que abrigas.” (T-24.in.2:1-2)
📘(4:3-5) «Al decir: "Por encima de todo quiero ver esta mesa de otra manera", te estás comprometiendo a ver. Mas no es éste un compromiso exclusivo. Es un compromiso que es aplicable tanto a la mesa como a cualquier otra cosa.»
Nuevamente vemos los intentos de Jesús de motivarnos para aprender lo que él nos está enseñando y de generalizar esta visión a todas las cosas. De hecho, si no puede generalizarse, no se trata de la verdadera visión.
📘(5) «Podrías, de hecho, alcanzar la visión valiéndote sólo de esa mesa, si pudieses abandonar todas tus ideas acerca de ella y mirarla con una mente completamente receptiva. Tiene algo que mostrarte; algo bello, puro y de infinito valor, repleto de felicidad y esperanza. Oculto tras todas las ideas que tienes acerca de ella se encuentra su verdadero propósito, el cual comparte con todo el universo.»
El propósito compartido con todo el universo es el perdón - “algo bello, puro y de infinito valor” - la fuente de la verdadera felicidad y la genuina esperanza. Ninguno de estos proviene de la mesa en sí, de la experiencia o de una persona. Más bien, nuestra felicidad y esperanza provienen del «propósito», cuya belleza se encuentra en la belleza del Maestro que has elegido. Es por eso que el propósito es siempre la línea de fondo. Para decirlo de nuevo, el propósito no es inherente al objeto, sino en la decisión que toma la mente de aprender del Espíritu Santo cómo ver el mundo verdaderamente.
📘(6) «Al usar la mesa como un sujeto para la aplicación de la idea de hoy, estás en realidad pidiendo ver cuál es el propósito del universo. Y con cada objeto que uses en tus sesiones de práctica estarás haciendo esa misma petición. Y estarás comprometiéndote con cada uno de ellos a dejar que su propósito te sea revelado, en lugar de imponerles tú tu propio dictamen.»
Tu juicio proviene de un pensamiento que dice que tienes razón y que Jesús está equivocado. «Tú» vas a enseñar a «él» lo que su curso debería estar enseñándote, en lugar de estar abierto a que él sea el maestro. Sin embargo, cuando tenemos apertura, se nos puede enseñar la «igualdad» inherente de todas las cosas en el universo. Son «lo mismo» porque comparten «el mismo» propósito. Para decirlo una vez más, el propósito lo es todo. También recuerda que el trabajo que necesitas hacer es pensar acerca de las ideas en estos ejercicios a la luz de los pensamientos que estás teniendo en el momento que estás aplicando las ideas. Es la aplicación específica, hecha con la mayor frecuencia posible, la que facilitará tu aprendizaje. Los párrafos finales reiteran la aplicación consciente y no obsesiva de los ejercicios del día. Intentamos recordar que «deseamos» aprender lo que Jesús nos está enseñando - ver el mundo de manera diferente:
📘(7-8) «Hoy llevaremos a cabo seis sesiones de práctica de dos minutos cada una, en las que primero debes repetir la idea de hoy, y luego aplicarla a cualquier cosa que veas a tu alrededor. No sólo debes escoger los objetos al azar, sino que, al aplicarles la idea de hoy, debes ser igualmente sincero con todos ellos, intentando reconocer de esta manera la idéntica contribución que cada uno de ellos le presta a tu visión.
Como de costumbre, las aplicaciones deben incluir el nombre del objeto en el que tu mirada se pose, y debes mantener tus ojos sobre él mientras dices:
Por encima de todo quiero ver este(a) _______ de otra manera.
Cada aplicación debe hacerse muy despacio y tan a conciencia como sea posible. No hay prisa.»
"Muy despacio", "tan a conciencia como sea posible", "no hay prisa". Estas deberían ser nuestras consignas durante nuestros días. Como nuestro nuevo maestro, Jesús nos está pidiendo que adoptemos una nueva perspectiva que evite la tensión y la presión de deshacer nuestros egos, sino que que busque en lugar de eso un enfoque amoroso y paciente como el que se nos provee en estos ejercicios. Ya que estamos siendo enseñados que nuestras lecciones diarias son la misma, su forma es intangible. Así, importante y carente de importancia, mayor y menor, se vuelven calificativos irrelevantes en nuestros eventos y relaciones. El unir a todas ellas como una sola nos guía a la única elección que podemos hacer: elegir al ego o elegir al Espíritu Santo. Elegir la Voz de Dios para que nos guíe, hace que nuestras vidas se aquieten al ritmo a aquellos quienes saben que el desenlace es seguro. Así, nos movemos en la confianza de que nuestro Maestro nos enseñará todo lo que necesitemos saber y eso, con el tiempo, hará que aprendamos Sus lecciones."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martinez .